Revista Cine

Oblivion, mainstream experimental

Publicado el 19 abril 2013 por Cineenserio @cineenserio

Me estoy imaginando la cara de felicidad de Tom Cruise cuando recibió el guión de Oblivion de Joseph Kosinski: historia con él como único y omnipresente protagonista, la posibilidad de conducir múltiples vehículos y manejar armas y, de paso, ofrecer una nueva muestra de ciencia ficción que el actor tenía abandonada desde Minority Report. A la cabeza del proyecto un director con poca experiencia pero que con Tron Legacy había demostrado cierta altura de miras. Es un hecho que la secuela de Tron no dejó satisfecho a nadie con razón: la película se movía en una tierra de nadie entre el mainstream más descarado y el cine experimental sin abrazar completamente ninguno, lo que produjo el rechazo general hacia una película que era mejor de lo que parecía. Y, en cierto modo, algo similar le ocurre a Oblivion.

Kosinsky empieza la película con una voz en off explicativa para ponernos en contexto, algo muy propio de la ciencia ficción desde los tiempos de Blade Runner. Después vemos durante casi una hora a Tom Cruise vagando en solitario por unos desiertos paisajes que una vez fueron la Tierra. La estrategia está clara: al igual que pasaba en Tron Legacy lo que le interesa al director es más la construcción de un paisaje y una atmósfera que la mera narración de hechos continuados. No es hasta pasada la hora cuando Oblivion se interna en el terreno de la acción más pura y dura y tal vez el espectador ya ha decidido abandonar cerebralmente. La segunda mitad de Oblivion es digamos más convencional pero igualmente estimable.

Como tiene que ser en toda buena película de ciencia ficción esto no va del futuro sino del presente. La historia de aceptación de la soledad del ser humano, su incapacidad para una correcta comunicación y el sentimiento de espiritualidad, con un puntito cienciólogo, todo hay que decirlo, inundan las intenciones de Oblivion. Aun así, Hollywood sigue anclado en una cobardía argumental y narrativa alarmante. Propuestas como Oblivion tienen que pagar demasiados peajes, no consiguiendo alcanzar la sobresaliente película que podría haber llegado a ser.

Oblivion


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