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Se trata de un departamento largo y estrecho, de 200 m2, pensado para una familia joven con hijos. El departamento, de tonos suaves y relajados, fue intervenido con texturas nobles, maderas sólidas, y diseños a la medida de las necesidades de la familia.
El espacio se destaca principalmente por el uso de roble, estando éste presente en todos los ambientes generando una sensación agradable en cada espacio intervenido.
El proyecto cuenta con un living comedor integrado, pensado como espacio central de la vivienda. En él encontramos una gran biblioteca laqueada, acompañada por sillones de distintos géneros y una alfombra tramada que delimita el espacio; al comedor principal se le suma una mesa con tapa de Neolith, otorgándole mayor calidez al espacio.
Un amplio pasillo divide la zona “pública” de la “privada” en donde encontramos cuatro habitaciones y dos baños. Cada habitación fue pensada según las necesidades de los usuarios, con muebles a medida y una iluminación que resalta los espacios más importantes de la casa.
Para la suite se realizaron dos paneles en laca grisácea con un entelado central en fajas de pana lavada de tonos neutros.
Los espacios exteriores, dos balcones con vista hacia el frente y el contrafrente,también fueron intervenidos para poder ser disfrutados por sus usuarios.
Estudio Judith Babour
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