Revista Cultura y Ocio
The Miseducation Of Lauryn Hill es uno de los mejores álbumes de los editados en los 90 y el debut como solista de Lauryn Hill, que ya había destacado como parte de los Fugees, pero incluso llegó a superar la repercusión y ventas y fue aclamado de manera unánime por la crítica. En definitiva, la vocalista estadounidense se convirtió en una estrella tras la salida de su primer larga duración, pasó a formar parte de ese selecto grupo de músicos que poseen atractivo comercial con credibilidad artística. Sin embargo, no es este un trabajo pensado para agradar a un público muy amplio. Lo asombroso es que muestra la personal visión de Lauryn, su particular concepción de la música negra. Es una obra innovadora, arriesgada, cercana a la experimentacíón, de ahí que su masiva aceptación fuese tan inesperada. Los temas son tan atractivos y pasa con tanta naturildad del hip hop al neo-soul, que era inevitable que sedujese a tantos melómanos, independientemente de cuales fueran sus principales gustos. The Miseducation Of Lauryn Hill es tan importante y fue tan influyente precisamente por su capacidad de traspasar barreras estilísticas, de hermanar a oyentes con sensibilidades tan diversas: exactamente igual que The Score, incluso diría yo que mejor.
Posiblemente la principal razón de su éxito, fue que ya había destacado en los Fugees. La de vocalista fue la faceta en la que menos sorprendió, pues es la que más había desarrollado hasta entonces. Sin embargo, en The Miseducation Of Lauryn Hill continuó con su crecimiento, manteniendo su fabuloso rapeo y, sobre todo, desplegando su vertiente más melódica: quedó claro que rapeaba tan bien como cantaba. Como compositora se graduó instantáneamente, pues aquí escuchamos alguno de los mejores temas de neo-soul y rap alternativo, piezas inmortales como To Zion, Doo wop (that thing), I used to love him, Everything is everything, su versión de Can’t take my eyes off of you y la que da nombre al disco. Pero todas son excelentes, simplemente estas resultan sobresalientes en un conjunto maravilloso. Finalmente, se atrevió también con la producción, faceta en la que deslumbra tanto como en las de de vocalista y compositora, pues se mueve con la misma soltura en los cortes de hip hop y en los de neo-soul/R&B. Eso sí, para paliar en parte la soledad del estudio, invitó a varios músicos, aspecto en el que, cómo no, también acertó. La participación de Carlos Santana quizá sea la única un tanto desaprovechada, pero las de Mary J. Blige en I used to love him y D’Angelo en Nothing even matters son muy bienvenidas, sin olviar las contribuciones del sabio James Poyser. Incluso contó con un por entonces desconocido John Legend.
Illadelph Halflife es el tercer disco de The Roots, y seguramente es el más innovador y podría decirse que el mejor. Es una obra maestra y un disco fundamental en la colección de un amante del rap. The Roots son un grupo muy interesante, una de las razones es la gran variedad musical que les inspira, y toda esa influencia se refleja en cada tema.
En temas como No Alibi, ?estlove deja su presencia con un fantástico ritmo de baterías, mientras Malik B rapea uno de los mejores versos del album entero “Until I fulfill the term of my prophecy/my attitude is scarred by this inner-city urban/Iller dolo stress on my brain just like a turban/Who get grazed by the bullet?/Triggers,who's quick to pull it?"
En general, es una obra maestra del rap, junto con el resto de los discos de The Roots, pero en mi opinión, este destaca, brilla con luz propia. La combinación de la batería en directo, con instrumentos, con las rimas del rapero Black Thought, hacen al grupo único en la industria de la música. The Roots tienen una extensa discografía, pero este disco en concreto es un clásico, el mejor ejemplo de su sonido espontáneo y diferente.