Observar y escuchar

La agencia de calificación Fitch baja dos escalones la nota de España, que pasa de AA+ a AA-, y nos sitúa una vez más al borde de la vulnerabilidad económica, en la que, en realidad, estamos instalados desde el año 2008.  No creo en absoluto en la fiabilidad de estas agencias de calificación, que están controladas por la banca y obedecen dictados del mercado, con el único objetivo de favorecer la especulación y ofrecer suculentos beneficios a quienes nos han conducido a esta situación. Quienes ahora alertan de los riesgos de España son los mismos que no supieron ver el colapso financiero hacer tres años y puntuaban con matrícula de honor a quienes meses después estaban en la quiebra técnica. El mejor termómetro para conocer la realidad socioeconómica es mirar a nuestro alrededor y, al menos en mi caso, éste no puede ser más negro. Cada día son más las personas de mi entorno sin empleo y quienes lo tienen saben que pueden perderlo en el corto plazo o bien son conscientes de que la precariedad ha llegado para instalarse en sus vidas.  Incluso las empresas que tienen ingresos millonarios aprovechan este escenario para promover despidos masivos o rebajar los salarios de sus trabajadores, mientras aumentan los de sus directivos. No pretendo ser pesimista, pero lo peor está por llegar. No lo dice la agencia Fitch.  Basta con salir a la calle, observar  y escuchar.