A toda fashionista que se precie le ha sucedido. Ver una prenda y que con su fina vocecita te diga “llevame a casa”. Y la miras y la remiras intentando sacarle algún defecto. Que si se parece demasiado a otra que ya tienes. Que si es muy cara. Que si este mes se acabó el presupuesto. Pero la necesitas… Y termina yendose contigo.
Hay varios factores que pueden influir en la obsesión por una prenda. Pero creo que el más frecuente es lo que yo llamo “obsesión culo-veo-culo-quiero“. Los hechos suelen sucederse de este modo:
1) ves una prenda en una tienda, te parece mona y tal, pero tampoco te mata. Si me sobrara el dinero…
2) ya en casa empiezas a darle vueltas al tema. Pues en realidad no era cara. Pues me vendría genial para mi falda negra. Pues lo mismo me acerco y me la traigo a casa a ver que tal.
3) te acuestas y empiezas a darle vueltas. Tenía que habermela traído. La próxima vez no me pasa. De mañana no pasa que voy a la tienda.
4) vas a la tienda y de repente no queda ninguna. Si es que era ideal. Cómo no lo supiste ver. Pareces nueva. Ahora la tiene todo el mundo y tu no. La necesitas. A ver si la encuentro en otra tienda…
5) buscar por todos lados. En los probadores. En los rincones de la tienda no sea que alguna la haya escondido. Lo mismo hay suerte y entra alguna devolución. Y encima parece que todas las egobloggers se han puesto de acuerdo para sacarla y yo sigo sin la mía. Malditas.
6) esto no aparece ni on line. Agotadisima. Ha volado, dice la dependienta. Y tu que la tuviste en tu mano. Tiene que ser tuya… aunque tengas que recorrerte todos los centros comerciales de tu ciudad.
Y a veces la historia tiene un final feliz y a veces no. La que escribe se ha hecho más de una vez una ruta casi completa por todas las tienda de una marca buscando una prenda. Sufrimiento adicional es cuando la encuentras en otra talla distinta a la tuya, y te surge el súper dilema. La necesitas tanto que te da igual parecer que vas de prestado o no poder respirar. Pero es TUYA.
Las expertas en la materia declaran que tres de cada cuatro compras en estas circunstancias terminarán siendo un fracaso total. Una vez pasada la euforia, aquello no te convence tanto. Pero has invertido tanto tiempo y estrés mental en conseguirla que no la vas a devolver ahora…
¿Has sufrido algún episodio de obsesión fashionista? ¿Terminó bien? ¿Cuál ha sido la prenda que más vueltas te ha hecho dar? ¿La conseguiste?
PD. En la historia de este post, cualquier parecido con la vida real de la autora es pura casualidad…
Ver Artículo Original:
Autor:
Cameron