La falta de candidatos para policías autonómicos vascos no es muestra de la bonanza económica, como afirma el Gobierno de Vitoria, ni del miedo al terrorismo según los sindicatos.
Se debe, sobre todo, a que los jóvenes quieren ser famosos, y como los vascos tienen buena voz, se preparan para participar en “Operación Triunfo”, opina el tenor bilbaíno Teófilo Azurrariaga, asombrado por el número de alumnos de canto candidatos al concurso que tiene.
Algo exagera, pero en los últimos tiempos en España ha caído espectacularmente el número de aspirantes a ertzainas, guardias civiles, monjas, misioneros, soldados, marineros del Gran Sol, carteros y hasta a universitarios, que ya hay facultades despoblándose.
Ocho millones de personas siguen el concurso, uno de cada cinco ciudadanos. Hacen gorgoritos para imitar a cualquier David y dietas para adelgazar, como Rosa. Hay que triunfar en la nueva sociedad. Como cantante, modelo, actor, presentadora.
Carlos Marx basaba su pensamiento en que el capitalismo crea desigualdades. Muchos padres de los aspirantes a famosos luchaban durante el franquismo contra esas diferencias. Ahora, la desigualdad para millones de jóvenes está en la mayor o menor fama.
En esta sociedad, las clases se dividen ahora en la rica y famosa, y la de pobres desconocidos que luchan por ascender al olimpo de los elegidos. Mendigan, pero que solo obtienen uno o dos minutitos de televisión como limosna.
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