Las aplicaciones se quedan antiguas. Finalmente todas quedan obsoletas debido al constante avance de la tecnología. El software en la Nube no tiene este problema.
La dinámica de las aplicaciones en Cloud difiere mucho del modelo tradicional. Antes se instalaba un determinado programa en un determinado ordenador esperando que durante años prestara servicio sin cambios. Había pocas posibilidades de adaptar el software instalado a nuevos requerimientos, problemas de seguridad, normativas y sobre todo a la propia evolución de la tecnología y las necesidades.
La evolución de las aplicaciones depende de varios factores.
Uno es el hardware donde se ejecutan (ordenadores, móviles, maquinarias), que durante mucho tiempo ha seguido la llamada Ley de Moore, donde cada 2 años se duplicaba la velocidad. Otro es el Sistema Operativo, también en constante evolución, si se deja de dar soporte para software antiguo provocará la caducidad inmediata de casi todas las aplicaciones que corren sobre él. Y por último la aplicación en sí. Desde su origen se diseña en base a unos parámetros de uso y hardware dónde se ejecuta. Luego es difícil evolucionar a los cambios. Cuando esos factores varían, la aplicación verá acortada la fecha de caducidad y más cerca su obsolescencia.
Consecuencia de la obsolescencia de las aplicaciones.
Hay miles de empresas que tienen sus aplicaciones obsoletas, provocando:
- Lentitud en la gestión de procesos.
- Tener que formar al nuevo personal en usos y costumbres antiguas.
- Problemas de capacidad y saturación, las aplicaciones ya trabajan al límite de sus capacidades.
- Problemas de seguridad y control.
- No poder incorporar nuevas funcionalidades ni herramientas.
- Problemas de instalación para hacer funcionar esas aplicaciones en dispositivos actuales.
- Sobrecoste de encontrar alguien con los conocimientos para mantener algo antiguo.
¿En qué afecta la obsolescencia de las aplicaciones a la nube?
Al ser la nube un sistema diseñado para dar un servicio desde otra ubicación, las actualizaciones están centralizadas. Si se decide modificar una prestación o servicio, esta se incorpora a nuestro software. Una actualización de seguridad en el servidor central es válida para todos los usuarios de forma inmediata.
Por supuesto un determinado fallo o problema afectaría a todos. Pero también es cierto que la solución a ese problema o fallo se transmite rápidamente a todos los usuarios.
Rapidez en la gestión de procesos.
Los procesos son tareas, actividades, que producen un servicio, un producto que usa el cliente.
La nube permite dar ese servicio desde cualquier lugar donde haya internet. Una tarea que consiste en revisar una alerta y poner una actuación ahora puede ser ejecutada desde un móbil en vez de desplazarse hasta la oficina y ver qué ha pasado. Las reglas que definen la gestión de un proceso usando aplicaciones en la nube ofrecen sin duda una rapidez pasmosa comparada con una aplicación que no esté en la nube. Actualizar o añadir nuevas funcionalidades a una aplicación para un cliente final es transparente. La empresa despliega el módulo y ya el cliente lo puede usar.
Formación del personal.
Desde luego, toda lo nuevo implica cierta formación. Lo que hay que comparar es la curva de aprendizaje de una aplicación clásica y otra en la nube.
Podría ser equivalente según qué ejemplo. La cosa es que los servicios prestados en la nube están orientados a la usabilidad y al manejo autoexplicado de las aplicaciones resultantes. Véase las aplicaciones móviles. Están casi todas basadas en un servicio en la nube que alimenta y ofrece servicios. ¿Alguien se ha leído el manual del Whatsapp por ejemplo? Los usuarios demandan facilidad de uso casi inmediata.
Los límites de las aplicaciones.
Aquí no hay discusión. La nube gana por goleada. La escalabilidad, el poder ampliar prácticamente sin límite la capacidad de cómputo, memoria o de disco es instantánea.
De la limitación de las antiguas aplicaciones que residían en una máquina pasamos a la inmensidad de los servidores y centros de datos desplegados por el ancho mundo del tipo de Microsoft Azure, Amazon, IBM, Oracle…. Ahí es donde se están ejecutando las aplicaciones y dan el resultado al dispositivo cliente final.
¿Por qué se habla ahora de la Inteligencia Artificial? Porque la nube es la que está permitiéndola. El Cloud es el lugar dónde se han borrado de un plumazo las limitaciones.
La aplicación de medidas de seguridad en la nube es inmediata
Una aplicación local / on-premise tradicional requiere que el departamento informático y el proveedor del software se entiendan. Deben actuar y poner los medios para mantener el sistema actualizado tras descubrirse alguna brecha de seguridad. Un programa no diseñado para la nube hace que cada empresa o usuario sea el responsable de estar atento. Un ejemplo es cuando una empresa usa un disco duro NAS vs una solución en la nube.
En la nube la seguridad está en otros niveles. La redundancia de los archivos, las copias de seguridad, las conexiones entre ubicaciones geográficas distantes, todo ello forma un todo. Nunca las bases de datos y archivos que usan las aplicaciones han tenido estos niveles de seguridad. La aplicación en la nube que usa un usuario a través de su móvil solo accede a los contenidos solicitados. ¿qué sentido tiene almacenar esa información en cada dispositivo móvil u ordenador donde no se puede garantizar la misma seguridad que en un centro de datos? Lo fácil que es perder un móvil o que entre un virus en el ordenador de un empleado.Una aplicación en la nube incorporan nuevas funcionalidades de forma distribuida. Es inmediato.
Un ejemplo sencillo. Dataprius es un programa en la nube para trabajar con archivos. Se decide en su día incorporar un OCR. ¿Se tuvo que ir cliente por cliente para instalarle esa nueva funcionalidad? ¿Tuvo el equipo de IT de alguna empresa hacer algo para que los usuarios pudieran disfrutar de esa funcionalidad? No. Es la nube.
Se liberó la actualización, cada usuario al arrancar Dataprius se le actualizó y ahora ya todos disponen de ese módulo nuevo.Mantener la compatibilidad de las aplicaciones cuando avanzan los demás
Programas de gestión, que aún siguiendo siendo útiles, que solo funcionan en windows XP. Dicho sistema operativo está descatalogado y no ofrece nuevas actualizaciones ni mejoras. Es inseguro hoy en día. Una empresa necesita mantener ese sistema operativo de forma precaria y para ese caso concreto nada más. Bien a través de máquinas virtuales.
¿Por qué aún se siguen fabricando disquetes de 3 y 1/2 y 5 y 1/4? Porque hay sistemas críticos que no se han actualizado y siguen funcionando con esta tecnología. Centrales nucleares viejas y armas nucleares en centrales militares cuyo software se programó hace décadas. Existen muchas máquinas industriales y robóticas que aún están en funcionamiento y requieren la introducción de órdenes a través de disquetes.
Este taller de Polonia que usa un Commodore 64 a día de hoy aún para calibrar las ruedas de los coches. Sin duda es un caso extremo de extensión de uso de algo que se niega a morir. Fuente.
El coste de mantener algo obsoleto.
¿Por qué algunos bancos siguen usando Cobol? Un lenguaje muy antiguo que se usó hace muchísimos años para gestionar la información de los bancos y ha seguido usándose. Ahora conseguir un experto programador Cobol sale bastante caro para las empresas que aún mantienen esos sistemas. Entre 60.000 y 110.000 $ anuales pueden pagar por un programador Cobol tranquilamente.
Las aplicaciones hechas en la nube se pueden programar en lenguajes como Java, python, c#, php, etc, pero eso al usuario final le da igual. Lo importante es que el programa dé el resultado para lo que está hecho, se puede intercambiar el lenguaje o usar uno para una tarea y otro para otro. Si las tecnologías usadas están mantenidas y actualizadas, se mejorarán las prestaciones, seguridad y eficiencia para el usuario final note que cada vez va todo mejor.
La entrada Obsolescencia de las aplicaciones. Otro motivo para ir a la Nube. se publicó primero en Blog de Dataprius..