Revista Cultura y Ocio
Mis amados y adorados tormentos, venidos de Marte o de Melbac, constructores , ingenieros científicos, inventores... es tanto lo que han logrado y aun así se siguen quejando de que las mujeres somos complicadas y que no lograran entendernos pues en 21 siglos de avances y mejoras es lo único que no avanza. Porque a pesar de que somos la otra costilla y que eso sería en parte la solución, termina siendo el problema.
Yo lo que pienso, es que es falta de esfuerzo, de analizar la situación a profundidad y de no dejar de intentar si la chica en cuestión vale la pena. Es común que juguemos a hacernos las difíciles con respuesta como tal vez, quizá, de pronto, no lo sé, no estoy segura... esto no traduce otra cosa más que: estamos esperando que nos sorprendan, que nos traten distinto a como lo han hecho los anteriores.
La regla es básica, primero hay que informarse, saber lo que nos gusta y lo que no, lo que nos divierte, lo que detestamos. Hacer, decir, demostrar todo lo que no nos han demostrado dicho y hecho antes. Que si la chica es tímida pues hacer que se sienta cómoda; que si es un poco insegura, decirle que se ve preciosa; que si acaba de pasar por una ruptura dolorosa, no venderse como el chico perfecto que no la hará sufrir pero si hacerle sentir que el asunto va en serio; que es algo inexperta, pues ser paciente y esperar.
Somos únicas y lo que queremos es sentirnos amadas por alguien igual de único.
¿No es simple?
Lo es, no se necesita más que simple lógica y paciencia, interés y ganas de descubrirla y descifrarla.
¿Llevarle flores?Si
¿Dedicarle canciones?Si
¿Planear una velada especial?Si
Todo vale porque son esos detalles y esa dedicación lo que nos hace ilusionarnos y querer intentarlo.
Pero... todo en su justa medida porque no nos gustan los acosadores. Nos intimidan y terminamos huyendo.
Y ahora dirán que ustedes ponen el esfuerzo y nosotras no.
Falso.
Es cierto que nos gusta que nos conquisten y verlos enamorados, observarlos de reojo, analizar la forma en que nos miran y la seguridad que nos transmiten al tomarnos de la mano y todo esto logra que nos entreguemos por completo, que cerremos la puerta a otras opciones y que nos dediquemos exclusivamente a uno, al que logró impresionarnos y acelerarnos los latidos. Ganan un amor incondicional una amante apasionada, una amiga confiable, una cómplice leal...
Al final, se dejan de ser dos para ser uno y ese el concepto claro y exacto del amor.
De nada
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¡Gracias por leer!