Revista Sociedad

Oca Hotels reduce su huella de carbono en más de mil toneladas al año

Publicado el 16 abril 2019 por Comunicae @comunicae

Prueba de ello son los certificados de energía 100 % renovables obtenidos por sus hoteles Oca Augas Santas (Pantón), Oca Puerta del Camino (Santiago), Oca Villa de Allariz, Oca Vermar (Sanxenxo), Oca Ínsua Costa da Morte (Cee), Balneario Río Pambre, Duerming Villa de Sarria, Duerming Sete Artes, Cruceiro do Galo Apartamentos y OCA Casas Reales Apartamentos. De forma progresiva, instalará en todos sus aparcamientos cargadores para los coches eléctricos.

Dentro de las acciones de responsabilidad social medioambiental (RSE Green), el grupo ha evaluado el ahorro de emisiones que supone la implantación de estas políticas de sostenibilidad energética en cinco de sus hoteles insignia. Son los Oca Puerta del Camino, Augas Santas, Villa de Avilés, Santo Domingo Plaza (Oviedo) y Palacio de la Llorea (Gijón). En estas cinco unidades, se ha evitado la emisión a la atmósfera de más de 1.112 toneladas de CO2. Las 1.928,5 toneladas previas a que se tomasen medidas para reducir la huella de carbono, principal causa del cambio climático, se han reducido a mucho menos de la mitad, un 57,7 %, con 819 toneladas.

Cinco son las áreas sobre las que se sustenta esta evolución favorable para el medio ambiente. La primera gira en torno a la utilización de paneles solares térmicos para el agua caliente sanitaria. La segunda pivota sobre placas fotovoltaicas, que permiten el autoconsumo de la propia luz que generan, además de proporcionar ingresos por la que se vierte a la red. La tercera es la apuesta por la biomasa, que releva a fuentes mucho más contaminantes. La cuarta pasa por la generalización de la iluminación led, de mucho menor consumo. Y el quinto eje se centra en la climatización de las instalaciones con equipos más eficientes.

Los números en cinco hoteles insignia

En el caso del compostelano hotel Oca Puerta del Camino, se logró reducir una tercera parte del consumo de electricidad, descendiendo de 933.426 a 609.246 kilovatios hora (kWh). Por su carácter urbano, el gas natural es fuente de energía principal, de ahí que la bajada sea leve, pero en iluminación consiguió una reducción del 85 %, pasando de 80.823 a 12.123 kWh, y en el gasto de luz para sistemas enfriadores cayó de 146.174 a 90.774 kWh, un 37,9 %. Los paneles solares térmicos y especialmente los fotovoltaicos contribuyeron a su descarbonización. Las emisiones totales de CO2 decrecieron de 726,28 a 549,9 toneladas, un 24,3 % menos.

Si se analiza energéticamente al hotel Oca Augas Santas, se aprecia una colosal evolución, pues la combinación del sol y la biomasa le permitieron erradicar el propano y sus depósitos. En electricidad ahorró 116.000 kWh tras un descenso del 29% a 284.000, mientras que en iluminación consume la séptima parte, tras una reducción del 85 %. La erradicación del citado gas propició que dejase de emitir 553,6 toneladas de CO2 y se quedase en solo 113,4, casi un 83 % menos.

En el Villa de Avilés, las luces leds permitieron un ahorro del 85% del consumo anterior (bajó de 80.824 a 12.124 kWh) y paneles solares térmicos (-18,7 %) posibilitaron que lo que se ahorró en emisiones, 32,6 toneladas de CO2, superase a su actual huella de carbono, limitada a menos de la mitad, con 31,3 toneladas.

Si damos un salto hasta Oviedo, el hotel Oca Santo Domingo Plaza logró los mayores ahorros en iluminación eficiente (-85 %) y electricidad utilizada en climatización (un 36,6% menos). Además, el uso de economizadores de gas natural recortó un 13,7 % su consumo. Con estos ahorros energéticos, bajó sus emisiones de 180,2 a 121,2 toneladas de CO2, es decir, un 32,7 %.

Por último, hay que destacar que el Oca Palacio de la Llorea, en Gijón, está muy cerca de la neutralidad en emisiones. Si antes de tomar medidas que le permitieron erradicar el gasóleo para calefacción y agua caliente sanitaria lanzaba a la atmósfera 291 toneladas de CO2, con su sustitución por calderas de biomasa, principalmente, y paneles solares térmicos, ahora las limita a sólo 3,56 toneladas, casi un 98,8 % menos. Esas emisiones son las atribuidas a los leds en iluminación, que frente a las bombillas de filamento reducen un 85 % el consumo, a 9.230 kWh.


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