Manlio Dinucci observa en la cobertura que dan los medios de prensa occidentales a hechos como el atentado de Berlín y las guerras contra Libia y Siria, que no se molesta en reportar hechos comprobados. Más bien recuerda lo que el novelista George Orwell llamó el “Ministerio de la Verdad”. La actualidad se divide en secuencias cortas completamente desconectadas entre sí, para que los hechos resulten incomprensibles, dando así a los gobernantes el más amplio margen para esconder sus crímenes.
Manlio Dinucci.─ «Masacre de Berlín, ¿porqué el terrorista dejó sus documentos?», se pregunta el diario italiano Corriere della Sera, refiriéndose a elementos que califica de «rarezas». Para dar respuesta a esa pregunta basta con escrutar un poco el pasado reciente, ese que ya nadie recuerda.
Es un pasado reescrito por el «Ministerio de la Verdad» –descrito por George Orwell en su novela de política-ficción titulada 1984, como una crítica del «totalitarismo staliniano»–, hoy convertido en realidad en las «democracias occidentales». Así se ha logrado borrar la historia, debidamente documentada, de estos últimos años.
En ese caso se halla la historia de la guerra de Estados Unidos y la OTAN contra Libia, decidida –como puede comprobarse en los correos electrónicos de la señora Clinton– para bloquear el plan de Kadhafi de crear una moneda africana alternativa frente al dólar y el franco CFA [1]. Esa guerra se inició con una operación secreta –autorizada por el presidente Barack Obama–, financiando y armando grupos islamistas, inicialmente clasificados como «terroristas», grupos entre los que se hallaban los núcleos de lo que sería el Emirato Islámico [Daesh]. Posteriormente, esos núcleos recibieron armamento a través de una red de la CIA (lo cual fue documentado por el New York Times en marzo de 2013 [2]) cuando, después de haber ayudado al derrocamiento de Kadhafi, pasaron a Siria en 2011 para derrocar a Assad y seguidamente atacar Irak –en momentos en que el gobierno de al-Maliki se alejaba de Occidente y se acercaba a Pekín y Moscú [3]).
También ha sido borrado el documento de la Agencia de Inteligencia del Departamento de Defensa de Estados Unidos (DIA, siglas en inglés) –con fecha del 12 de agosto de 2012 y desclasificado el 18 de mayo de 2015 [4]– donde se señala que «los países occidentales, los Estados del Golfo y Turquía sostienen en Siria a las fuerzas que tratan de controlar las zonas orientales» y que existe, con ese objetivo, «la posibilidad de que se instale un emirato salafista en el este de Siria».
Borrada también la documentación fotográfica sobre el senador estadounidense John McCain, quien, al penetrar [ilegalmente] en suelo sirio como enviado de la Casa Blanca, se reunió en mayo de 2013 con Ibrahim al-Badri, el hoy «Califa» que encabeza el Emirato Islámico [5].
Simultáneamente, siguiendo el esquema de la «neolengua» orwelliana, el léxico político-mediático se adapta según convenga en cada caso: los terroristas, definidos con esa palabra cuando sirven para aterrorizar a la opinión pública occidental para que esta apoye la política de Estados Unidos y la OTAN, son calificados de «opositores» o «rebeldes» cuando perpetran masacres contra los civiles en Siria. Recurriendo a la «neolengua» de las imágenes, nos esconden durante años la dramática situación de la población de los barrios de Alepo bajo la ocupación de las formaciones terroristas respaldadas por Occidente; pero cuando las fuerzas del Ejército Árabe Sirio comienzan a liberar esos barrios, con apoyo de Rusia, nos muestran diariamente el «martirio de Alepo».
Nos esconden, en cambio, la captura por las fuerzas gubernamentales sirias, el 16 de diciembre de 2016, de un grupo de militares de la «Coalición por Siria» –en el que se cuentan al menos 14 oficiales de Estados Unidos, Israel, Arabia Saudita, Qatar, Turquía, Jordania y Marruecos– que, desde un bunker en el este de Alepo, coordinaban las acciones de los terroristas de al-Nusra (afiliados a al-Qaeda) y de otros grupos [6].
Viendo todo lo anterior, no es difícil responder la pregunta que se hace el Corriere della Sera. Como ya sucedió antes, en la masacre perpetrada en la sede de Charlie Hebdo y en tantos otros casos similares, los terroristas “olvidan” y “abandonan” algún documento de identidad que permite su rápida identificación y subsiguiente eliminación.
En Berlín también pudieron verse otras «rarezas». Al registrar el camión, inmediatamente después de la masacre, la policía y los servicios secretos no vieron que debajo del asiento del conductor estaba… el documento de identidad del tunecino, además de un montón de fotos. Así que arrestaron a un pakistaní –liberado al día siguiente por falta de pruebas. Sólo entonces, un agente especialmente experimentado fue a mirar debajo del asiento del conductor y descubrió los papeles del terrorista. Interceptado, por casualidad, y en medio de la noche, el tunecino fue eliminado por una patrulla cerca de la estación de trenes de Sesto San Giovanni, en Milán (Italia), a un kilómetro del punto de partida del camión polaco utilizado en la masacre de Berlín. Todo eso, documentado por el «Ministerio de la Verdad».
Notas
[1] «La recolonización de Libia», por Manlio Dinucci, Il Manifesto (Italia) , Red Voltaire, 10 de marzo de 2016.
[2] «Descubren puente aéreo de la CIA para armar a los “rebeldes sirios”», por Manlio Dinucci, Il Manifesto (Italia) , Red Voltaire, 30 de marzo de 2013.
[3] «Yihadismo e industria petrolera», por Thierry Meyssan, Al-Watan (Siria) , Red Voltaire, 23 de junio de 2014.
[4] Rapport de l’Agence de Renseignement militaire aux divers services de l’administration Obama sur les jihadistes en Syrie, 12 de agosto de 2012.
[5] «John McCain, el organizador de la “primavera árabe” y el Califa», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 18 de agosto de 2014.
[6] «ONU: El Consejo de Seguridad se reúne a puertas cerradas por arresto de oficiales de la OTAN en Alepo», «URGENTE: Arresto de yihadistas y militares extranjeros en el este de Alepo», Red Voltaire, 16 y 18 de diciembre de 2016.
http://www.voltairenet.org/article194723.html