En las últimas entregas de certámenes cinematográficos muchas de las féminas premiadas, además de pronunciar discursos contra la discriminación de su género, han puesto también un especial énfasis en alertar sobre los pocos papeles femeninos de peso y en la escasez de proyectos netamente de mujeres. Sin embargo, no creo que las galardonadas valorasen como solución a esos problemas la alternativa de rodar títulos ya estrenados en su momento con la única variante de cambiar el sexo de los protagonistas. Tanto la apuesta por una visión de la mujer en el cine (sea en la dirección, en la producción o en los guiones) como el reclamo de personajes interesantes, poco o nada tiene que ver con la práctica de sustituir a hombres por mujeres en otras nuevas versiones. No se trata de rodar ahora “Doce del patíbulo” con señoras. Entiendo que la reivindicación se refiere a potenciar las realidades femeninas para, posteriormente, trasladarlas a la gran pantalla, así como a dotar de verdadera enjundia a los perfiles. Ciertamente, ahora mismo existe eso, aunque se aboga por una mayor equiparación desde el punto de vista cuantitativo. De modo que, cuando supe que se iba a rodar una visión de la saga Ocean (“Ocean's Eleven: Hagan juego” de 2001, “Ocean's Twelve” de 2004 y “Ocean's Thirteen” de 2007, por no remontarnos al título encabezado por Frank Sinatra de 1960) cambiando el elenco por estrellas del sexo opuesto como muestra de que algo estaba cambiando en Hollywood, pensé que no se había entendido el mensaje. O puede que sea yo el que no lo captara en su justa medida pero, sinceramente, sustituir a George Clooney, Brad Pitt, Matt Damon, Andy García, Don Cheadle o Bernie Mac por Sandra Bullock, Cate Blanchett, Anne Hathaway, Helena Bonham Carter, Rihanna o Dakota Fanning para continuar con la franquicia no parece la mejor vía para cambiar las cosas. No niego que el largometraje posea cierto gancho, resulte a ratos entretenido y se vea con facilidad. Sin embargo, no puede ocultar su condición de producto prefabricado y, lo que es peor, completamente exprimido. “Ocean's Thirteen” ya dejaba en evidencia el agotamiento de la trama. Por lo tanto, “Ocean's 8” no puede variar el diagnóstico. Es cierto que Gary Ross es un director con recursos (“Pleasantville”, “Seabiscuit, más allá de la leyenda”). Logra revitalizar en parte la propuesta y, además, el renombre de las intérpretes le da un empujón adicional, pero se insiste en repetir la fórmula y reiterar lo ya filmado. Una práctica, por desgracia, demasiado habitual en la industria americana del Séptimo Arte. Debbie Ocean, hermana de Danny, acaba de salir de la cárcel y junto a su mano derecha, Lou, tienen la intención de ejecutar un gran robo en la ciudad de Nueva York. Su objetivo será hacerse con un valioso collar durante la celebración de un importante evento benéfico. Para llevar a cabo su plan y asegurarse el éxito final, reclutarán a un grupo de compañeras. Dentro de este particular reparto sobresalen especialmente Cate Blanchett (“Carol”, “Blue Jasmine”, “El aviador”, “Babel”) y Anne Hathaway (“Los Miserables”, “El caballero oscuro: La leyenda renace”, “La boda de Rachel”). Les sigue a cierta distancia Sandra Bullock (“Un sueño posible”, “Gravity”, “Speed”) y, en un segundo plano, Helena Bonham Carter (“El club de la lucha”, “Big Fish”, “Las alas de la paloma”) y la casi olvidada Dakota Fanning (“La guerra de los mundos”, “Yo soy Sam”). En el apartado masculino encontramos a Griffin Dunne (“Jo, qué noche”, “Un hombre lobo americano en Londres”) y Elliot Gould (“M.A.S.H.”, “Contagio”). Se mire hacia donde se mire, existe un universo de estrellas tratando de deslumbrar.
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Datos del film
Título original: Ocean's Eight
Año: 2018
Duración: 110 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Gary Ross
Guion: Olivia Milch, Gary Ross
Música: Daniel Pemberton
Fotografía: Eigil Bryld
Reparto: Sandra Bullock, Cate Blanchett, Anne Hathaway, Helena Bonham Carter, Mindy Kaling, Rihanna, Dakota Fannin