Revista Cultura y Ocio
Para mí, leer o releer a Fernando Pessoa siempre es una aventura, un reto y un bálsamo. Si los textos son nuevos, porque me provocan con su inteligencia y me seducen con el primor de su estilo; si ya los conocía, porque renuevan en mi ánimo la maravilla de visitar de nuevo a un genio. Me he terminado ahora, en diez noches intensas de café y flexo, las Odas de Ricardo Reis, que traduce Manuel Moya para el sello Visor.Y la verdad es que no quiero decir nada más.No me hace falta.Solamente, que he disfrutado de Pessoa.Que me ha hecho pensar y sentir. Que ha vuelto a conquistarme (una vez más, y van...).
Y que copio algunos de los versos del volumen, para mi disfrute y el vuestro: “Que noche hay antes y después / de lo poco que duramos” (Que há noite antes e após / o pouco que duramos); “En cualquier hora puede sucedernos / que nos cambie todo” (Em qualquer hora pode suceder-nos / o que nos tudo mude); “Sólo en la ilusión de la libertad / la libertad existe” (Só na ilusão da liberdade / a liberdade existe); “No en el objeto, sino en el modo está el amor” (Não no objecto, no modo está o amor); “De los dioses quiero tan sólo que no se acuerden de mí” (Quero dos deuses só que me não lembrem); “A quien nada conceden los dioses, tiene libertad” (A quem deuses concedem nada, tem liberdade); “Todo contiene mucho si los ojos saben ver” (Tudo contém muito se os olhos ben olharem); “Vive la imperfecta hora / perfectísimamente / y sin nada esperar / de los hombres, ni de los dioses” (Vive a imperfeita hora / perfeitissimamente / e sem nada esperares / dos homens, nem dos deuses).