En Internet los retos de toda índole son bastante comunes, unos por supuesto son más populares que otros, cobrando relevancia incluso a nivel mundial. Uno de esos casos en el año 2019 fue el llamado #10YearsChallenge. Siguiendo el reto, por medio de diversas publicaciones en sus redes sociales, las personas compartían cuáles habían sido los cambios, logros y transformaciones más significativos de su vida después de 10 años.
Hubo quien compartió sus viajes a través del mundo, presumió a su familia, exhibió sus éxitos profesionales, mostró sus nuevos hábitos o presentó sus cambios físicos, económicos o mentales a todo aquel que estuviera dispuesto a verlos. Los títulos académicos y las adquisiciones materiales que las personas habían logrado obtener a través del tiempo, inundaron internet.
Pero, como todo en esta vida, hay quien ve el vaso medio lleno, quien ve el vaso medio vacío y quien, de hecho, siente que no tiene ni siquiera un vaso. Muchos cayeron en depresión al ver este reto y lo único que querían es que se acabará y la gente comenzará de nuevo a mostrar sus selfies o fotos de sus mascotas y otra noticia inundará la página de inicio de las redes sociales. ¿Cómo lo sé? Bueno, porque yo fui una de esas personas.
¿Cuál es el problema? El problema es que varios de nosotros no sentimos que hubiera nada por lo cual felicitarnos o que valiera la pena mostrar al mundo o, ya por lo menos, a nuestros escasos contactos en las redes. Y eso es algo bastante difícil de asimilar. Porque, vamos a ver, son diez años de nuestra vida donde hemos sentido que no hemos logrado hacer o ser nada relevante. Y diez años es mucho tiempo, son aproximadamente 3650 días en los que, si los ponemos en perspectiva, no hemos logrado que nuestra vida cuente algo interesante.
Hemos mirado hacia atrás en el tiempo y nos hemos dado cuenta de que no estamos, ni remotamente, en el sitio donde esperábamos estar. Incluso puede ser que hemos retrocedido a lugares donde nunca nos pensamos encontrar, hemos regresado a vivir con nuestros padres, estamos desempleados, solteros y hemos ganado mucho peso. Si nos ponemos más pesimistas, pudo suceder que hayamos perdido nuestro tiempo y nuestra dignidad en relaciones fallidas, trabajos mal remunerados, abuso de sustancias o, siendo cruelmente francos, en una combinación de todo lo anterior.
Quizás si hace diez años atrás nos hubieran preguntado, ¿dónde nos veíamos dentro de diez años? Hubiéramos enumerado muchas metas: con un buen trabajo, una relación estable, regresando del viaje de nuestros sueños, emprendiendo nuestro propio negocio, publicando nuestro tercer libro y, como soñar no cuesta nada, nos hubiésemos proyectado como personajes famosos del entretenimiento, la cultura, la política o los negocios. Y nada de eso ocurrió, porque de haber sucedido, no estaríamos renegando del reto, sino uniéndonos a él y compartiendo las maravillas de nuestra vida en los últimos diez años.
Los que ya tienen instaurado la negación como mecanismo de defensa para hacer frente a sus propios fracasos, pueden alegar que esa clase de retos son una tontería y que la gente pierde demasiado tiempo en las redes sociales, haciendo que su vida parezca más grandiosa de lo que realmente es. Pero, seamos sinceros, ¿hace diez años querías estar en el sitio donde ahora estás? ¿Estás genuinamente satisfecho con tu vida (la compartas o no en las redes sociales)?
Si tú respuesta es no, entonces, tú como yo, tuviste que haber odiado el #10YearsChallenge. Secreta o públicamente envidiaste la vida de los demás, la seguridad o la posición que tienen esas personas que antes o actualmente forman parte de tu día a día. La cosa se pone peor cuando descubres que, en caso de haber sido una persona egocéntrica o narcisista, aquellos que no considerabas que fueran tan buenos como tú, han logrado cumplir metas que tú todavía anhelas cumplir.
Internet puede ser un sitio realmente cruel en ocasiones.
¿Cuál es la solución? Está claro que ya no participamos del #10YearsChallenge del 2019, más que nada porque ya estamos en el 2020. No podemos hacer nada para cambiar esos diez años que ya han transcurrido y que sentimos que desperdiciamos. Sin embargo, no podemos seguir quedándonos estancados en el hubiera, sino comenzar a hacer algo. De aquí a diez años, habrá otro reto del mismo tipo, un nuevo #10YearsChallenge, por lo tanto, o comenzamos a hacer algo para cambiar nuestra existencia actual o el tiempo nos va a volver atrapar en una espiral poco productiva, arrojando nuestra vida en el 2029 con la misma sensación de vacío, fracaso y vergüenza.
¡No te preocupes, ocúpate! ¡Ponte a hacer algo para poder ser quien quieres ser o tener lo que quieres tener! El camino, sin duda, es largo, la buena noticia es que tienes diez años para recorrerlo. Entonces, ¿vas a comenzar a caminar u otra vez te vas a quedar estancado?