Generalmente se dice que el odio es lo opuesto al amor.. Justamente hoy escribí un post que habla del corazón.. tan ligado al amor.
A decir verdad, la palabra “odio” es una palabra que rechazo bastante, aunque suelo decirla cuando quiero significar que algo no me gusta para nada. No sé, por decir un ejemplo: “odio los días muy húmedos”, "odio los lunes".... Pero de utilizarla en forma cotidiana frente a algo que me disgusta a sentir “odio” verdaderamente hay un gran trecho. Lo digo, porque creo que realmente no sé bien de qué se trata este sentimiento que creo, debe ser bastante destructivo.
Al odio lo entiendo como un rechazo acompañado de un fuerte deseo de que a la otra persona le sucedan cosas malas o que aunque sea no le suceda nada bueno, creo que debe ser un sentimiento que provoca envidia, ira e intranquilidad.
Supongo que la mayoría de las personas nos hemos cruzado más de una vez con personas que nos hayan hecho daño, o que por lo menos lo hayan intentado, y creo que es normal que este tipo de personas nos generen un rechazo y un distanciamiento a modo de preservación. No solo personas, sino también determinadas situaciones vividas. No entiendo esto como “odio” sino como el derecho de cada ser humano a aceptar o a rechazar lo que le agrada y le hace bien o lo que no le agrada y le produce daño.
Cuando las personas tienen tranquilidad de espíritu, cuando piensan que intentan hacer cosas realmente buenas en esta vida, para sí mismos y para los demás, es difícil toparse con este sentimiento.
Yo veo al “odio” como algo que brota de personas que no son en esencia buenas. Quizás podrían haber excepciones, cómo pedirle a un padre que no odie al violador de su hija. En estos casos seguramente no serán malas personas por desear algo malo para quienes realmente se lo merecerían.
Yo percibo que el odio debe ser como un veneno que te quema por dentro, algo que intranquiliza, que casi enloquece a quien lo padece.
Frases como “vos estás lleno de odio” o “cuánto odio que tenés” suelen esgrimirse frecuentemente como un intento de agravio a la otra persona, cuando en realidad es probable que solo refleje los sentimientos de quien las dice. Son frases a mi criterio “pasivo- agresivas” para salvarse uno mismo de alguna situación incómoda o de evidencia. Es más fácil decirle al otro que está lleno de odio que reconocer que hicimos algo desagradable que puede haber enojado o molestado a la otra persona.
No me identifico con el odio, no me gusta y no forma parte de mi vida. Reconozco que existe y que muchas veces ronda cerca nuestro. Lamentablemente forma parte de la esencia de muchos seres humanos que no han logrado resolver algo en sus vidas, seguramente algún psicólogo podría describirlo mejor que yo, que solo lo hago de manera genuina.
Yo apuesto a lo “opuesto”, prefiero una vida llena de amor que vacía por el odio, intento estar cerca de personas que irradien cosas positivas y que tengan una mirada limpia hacia lo que los rodea.
