Nights in white satin - The Moody Blues
"Sentimiento profundo e intenso de repulsa hacia alguien que provoca el deseo de producirle un daño o de que le ocurra alguna desgracia" // "Aversión o repugnancia violenta hacia una cosa que provoca su rechazo".
Eso es lo primero que aparece en Google cuando tecleas la palabra "odio". Ese término tan tristemente de actualidad. Odio el odio. Mires hacia donde mires, el odio es el pan nuestro de cada día, con un protagonismo desmesurado en las redes, los medios más amarillistas y los partidos más radicales. Mires hacia donde mires, encuentras odio en esta alocada España que nos ha tocado vivir. La paliza mortal a Samuel en A Coruña por una jauría humana -en la que también había alguna mujer jaleando a las bestias varoniles- es el último ejemplo de una sociedad que, aparte de estar gravemente enferma, trivializa todo y regresa a la absoluta falta de respeto sobre el que piense, vista, bese o escupa diferente. Así comenzó la podredumbre nazi que sigue avergonzando a Alemania. O paramos esto entre todos, o dejamos de blanquear lo que es negro, o nos arrepentiremos profundamente del asqueroso legado que le estamos dejando a nuestros hijos. Odio el odio, el verdadero motor de todo lo contrario a lo que conocemos como progreso, el culpable de tantas injusticias y noches en blanco.