Durante la Segunda Guerra Mundial, Ford y Willys produjeron casi 648.000 Jeeps como vehículos utilitarios ligeros. La mayor parte de estos, unos 361.339 unidades, eran modelos MB de Willys.
Los Willys fueron usados por todos los ejércitos aliados, en sus diferentes versiones.
Finalizada la guerra quedaron un buen número de excedentes que el gobierno estadounidense puso a subasta. Y como siempre salieron timadores que, aprovechado la popularidad que adquirieron, quisieron vender esos Jeeps en sus embalajes por tan solo 50$ insertando anuncios en revistas tan conocidas como Popular Science. Pero nadie llegó a conseguir uno de esos míticos 4x4 por 50$.
La realidad es que esta historia es un mito que ha circulado durante décadas asociada a este icono de la Segunda Guerra Mundial. En la actualidad tambien corre el rumor de que se pueden comprar Humvees a 1500$.
El Jeep Willys no solo era versátil en su uso en combate, como ambulancia, ametrallador, enlace, tirando de un remolque o con un pequeño cañón sin retroceso, tambien lo era en su diseño compacto que permitía meterlo en una caja de reducidas dimensiones para su transporte en barco. En este enlace se puede leer un articulo de la revista Army Motors en el que se explica como embalar, desembalar y posteriormente montar un Willys. La mayor parte de los vehiculos enviados en estos embalajes fueron realizados desde San Francisco, a través de la factoría de Ford de Richmond, debido a los problemas de espacio que tenía el puerto. Aproximadamente el 70% de los envíos desde San Francisco fueron realizados con este sistema.
El embalaje de un Jeep en una caja era caro y llevaba mucho tiempo por lo que sólo se llevó a cabo cuando era absolutamente necesario. Los Jeeps se embalaban eran vehículos completos, y no una caja de piezas sueltas. El parabrisas estaba doblado, las ruedas desmontadas y algunos otros elementos eran retirados para minimizar el embalaje, como si de un autentico puzzle se tratara, como un kit de montaje. Muy pocos de estos Jeeps embalados permanecieron en los Estados Unidos, incluso durante la guerra. Después de más de setenta años, es probable que no quede ninguno.
A pesar de que el Jeep era amado y respetado por los soldados un gran número unidades del ejército acabaron, en los años posteriores al final de la guerra, en cementerios de automóviles. Algunos tan grandes como el de Okinawa. El Jeep se siguió fabricando para servir en el ejército estadounidense, como en la guerra de Corea y Vietnam.
Fuente:
Olive Drab
Army Motors
War History Online
Military Mashup