Revista Cultura y Ocio
Off The Road. Veinte años con Cassady, Kerouac y Ginsberg, de Carolyn Cassady
Publicado el 19 enero 2014 por Carlos Huerga @carloshuergaHace dos semanas salió publicada una reseña mía sobre Off The Road. Veinte años con Cassady, Kerouac y Ginsberg de Carolyn Cassady en el suplemento Los Lunes de El Imparcial. Este es el texto.
Off The Road. Veinte años con Cassady, Kerouac y Ginsberg, de Carolyn Cassady (Ed. Escalera, 2013. Traducción de Ana Lima).
Carolyn Cassady, la que fuera mujer de Neal Cassady, moría el pasado 20 de septiembre a los 90 años de edad, y al mismo tiempo, se publicaba en España sus memorias tras veinte años de relación con Neal Cassady, Jack Kerouac (del que fue amante) y Allen Ginsberg.
Carolyn Robinson (apellido de soltera) nace en Michigan en 1923 y tras residir en varios sitios, recala en Denver para estudiar en la Universidad, donde posteriormente impartirá clases de arte. Allí conoce a Neal Cassady, se casa con él y tienen tres hijos. Ya en 1984 se muda a Inglaterra y en 1990 publica Off the Road, sus memorias sobre su relación con Cassady, Kerouac y Ginsberg. Carloyn aparece como personaje en varias novelas de Kerouac: es Camille en En el camino, y Evelyn en Big Sur y Visiones de Cody -de próxima aparición en Ediciones Escalera-, por lo que no se puede obviar la importancia que tuvo en la vida y la literatura del autor de Los subterráneos.
En Off The Road encontramos unas memorias desmitificadoras sobre los héroes de la generación Beat, poniendo énfasis en las experiencias cotidianas y asistiendo desde cierta distancia a las numerosas peripecias de su marido. Carolyn, cual Penélope del siglo XX, está fuera de la carretera, tejiendo, cuidando a sus hijos y esperando a su Ulises, que no es otro que el <<ángel loco>> Neal Cassady, en quien se basa Kerouac para dar vida al mítico Dean Moriarty de la famosa En el camino y con quien Ken Kesey se embarca en la aventura lisérgica de los Merry Pranksters en los años 60. Y ese es uno de los mayores intereses del libro, asistir a las las experiencias de la mujer de Cassady, así como amante del propio Kerouac y amiga de Allen Ginsberg durante cincuenta años. Un testimonio privilegiado de la gran novela de la vida de Kerouac y compañía.
Desde el comienzo, la autora remarca el choque que supuso conocer a Neal, Jack y Allen, bohemios y aventureros, teniendo en cuenta la educación basada en principios victorianos que había recibido. Los jóvenes beatniks fumaban hierba, viajaban de costa a costa y experimentaban todo tipo de sensaciones. No tuvo que ser fácil para una mujer “criada para temer y reverenciar los códigos sociales dominantes en los años treinta y habiendo llevado una existencia protegida y llena de restricciones”.
En el libro se percibe la lucha interna no solo de Neal, sino también de Kerouac o de la propia autora. Sin embargo, Carolyn destila cierta sabiduría cotidiana y por momentos hasta escribe con una ironía que aflora con un poso de amargura: “Solo me importaba casarme y no había caído en la fecha. Nací en abril y ya era tonta de por sí, así que ¿qué podría ser más apropiado para mí que casarme el 1 de abril, Día de los Tontos en EEUU?”. Y ante tantos años de relación con Neal, en su difícil papel de esposa y madre, no puede evitar resignarse, seguramente como un mecanismo de protección, para salir adelante: “(Me llevó mucho tiempo y muchos ejemplos aprender que 'ojos que no ven corazón que no siente')”. Carolyn tiene que criar a tres niños en muchos momentos sola, ante las idas y venidas de Neal y no sin esfuerzo. La ambivalencia entre el cariño, y las decepciones de Neal es constante. Aun así, Carolyn mantiene la comprensión y el cariño hacia su marido hasta el final.
Este libro viene a completar una visión bastante realista y cruda de Neal Cassady y Jack Kerouac, que se une a otros testimonios que recalcan el sufrimiento existencial de ambos, así como su inevitable autodestrucción.
Off The Road se completa con fragmentos de cartas de Neal, Jack y Allen, lo que ayuda a componer un mosaico sobre las relaciones entre ellos y sirve de contraste con la visión de Carolyn, de manera que satisfará a los numerosos lectores de Kerouac, Ginsberg y compañía.
(Reseña publicada el 5 de enero de 2014 en Los lunes de El Imparcial).