Richard Courant, judío alemán como Hausdorff, abandonó Alemania en 1933; a pesar de haber sido herido durante la Primera Guerra Mundial, a pesar de las muchas personalidades de todo el mundo que enviaron cartas a la Universidad de Gotinga solicitando que le fuera respetado su puesto, a pesar de ser un excelente científico, la Universidad lo expulsó el 13 de abril de 1933 alegando que Courant había sido miembro del Partido Socialista; paradójicamente, este abuso le salvó la vida. Courant consiguió en 1936 un puesto en la Universidad de Nueva York; allí organizó el Instituto de Matemáticas Aplicadas -uno de los más prestigiosos del mundo- que desde 1964 lleva su nombre. Courant, naturalmente, no fue un caso único en Gotinga.Publicado en La poesía de los números. El rol de la belleza en matemáticas. Antonio J. Durán. RBA, 2011
De Gotinga, las políticas étnicas del Tercer Reich habían amputado figuras de la talla de Courant, Edmund Landau, Emmy Noether o Hermann Weyl -la lista no es exhaustiva-. Muchos de ellos pertenecían a la escuela de David Hilbert, que no había permitido que ningún prejuicio, ya fuera nacionalista, racial o sexual, le afectara a la hora de seleccionar alumnos o colaboradores, y que con tanto esfuerzo y empeño había logrado convertir Gotinga en centro matemático del mundo; en tan sólo unos meses, Gotinga pasó a no ser prácticamente nada. «Cuando yo era joven -comentó Hilbert que tenía entonces 71 años de edad-, decidí que nunca repetiría lo que había oído decir a tanta gente mayor: "Aquellos eran buenos tiempos y no estos de ahora". Decidí que nunca jamás diría eso cuando fuera viejo. Pero, ahora, no queda otro remedio que decirlo.»
Fotografía de David Hilbert en 1886. http://www-history.mcs.st-andrews.ac.uk/history/PictDisplay/Hilbert.html