Os presentamos la reforma realizada por A-cero en 2006 en un local destinado a albergar unas oficinas en el municipio madrileño Las Rozas.
La intervención se realiza sobre un local de dos plantas y 300m2. El punto de partida del proyecto es conseguir un esquema abierto que a la vez preserve el desarrollo de la actividad de sus ocupantes. Esta idea marca la distribución de los espacios y la elección de los materiales.
La distribución de la planta baja se organiza en tres espacios: entrada, una zona de puestos de trabajo (separada por un panel de vidrio que divide sin aislar) y el despacho principal con un aseo.
PLANTA BAJA
La entrada al local tiene lugar por una puerta a nivel de la calle por la que se accede a la recepción. Esta zona está formada por una única pieza: un gran mostrador alto y funcional diseñado por A-Cero. Está hecho de dm lacado en negro y consta de una cajonera y dos aleros.
La recepción comunica con el despacho principal que es la única estancia que dispone de luz natural en la oficina.
La zona de los puestos de trabajo dispone de dos grandes mesas con capacidad para alojar a tres personas cada una. Entre las dos mesas se han incluido unos armarios bajos de dm lacado en blanco que otorgan privacidad a las estancias.
Al nivel inferior se accede por una escalera de dos tramos con barandilla de vidrio que desemboca en un espacio abierto y luminoso.
En esta planta se sitúan los despachos secundarios, una estancia con puestos de trabajo, una zona de archivos, una pequeña cocina (tras el hueco de escalera) y una sala de reuniones con un patio artificial y vegetación que aporta frescura al ambiente.
PLANO SÓTANO
Las soluciones constructivas adoptadas son consecuentes con lo que se persigue: eliminar zócalos, tapajuntas y tiradores para reforzar la unión de paredes, suelos y techos.
Los acabados han sido elegidos para favorecer la continuidad del espacio. Por ello, para el pavimento del suelo se ha optado por losas de pizarra negra pulida.
En el proyecto de la iluminación se han hecho foseados para ocultar carriles electrificados.
La intervención está marcada por la sencillez, la luminosidad y la claridad utilizando el blanco y el negro como colores fundamentales. Esta tendencia monocromática aporta elegancia a la actuación.