Oficios del Cazador (Parte 1)

Estaba caminando a través del bosque como habituaba, con un traje que simulaba una mezcla entre ninja y guerrero bárbaro, de color azul oscuro con un cinturón rojo de tela y muñequeras y tobilleras del mismo color. Tenía un semblante de indiferencia que lo caracterizaba y parecía distraído pero tan pronto como escuchó a alguien acercarse se desplazó ágilmente por el sector con más arbustos a fin de no ser encontrado, pues sabía que se trataba de todo un grupo que iba tras él. Mientras corría recordó que había robado una pieza dorada de un clan de comerciantes cercano y al parecer había dejado rastro. Así que no le quedó más opción que deshacerse de ellos a la antigua; primero los llevó hasta un sector del bosque que parecía no tener salida, era como estar en el centro de un círculo cuyo perímetro eran pinos de gran tamaño, se sintieron aturdidos a causa de su inexperiencia y aunque blandían sus espadas como retándolo a salir al escuchar que se movía por las ramas de los pinos no dejaban de sentir temor por los relatos que habían escuchado de otros clanes sobre él; en especial la parte de: “No hay quién sobreviva en un combate con él”. Y efectivamente, solo le tomó 2 minutos acabar con 10 hombres.

Se acercaba la noche así que mató un venado para comer y se sentó en un tronco viejo que yacía fuera de pequeña cabaña mientras se alumbraba con una fogata. De pronto escuchó unos gritos cerca y fue para ver lo que sucedía, se trataba de una pareja de jóvenes que estaban siendo acechados por una manada de lobos que lucían bastante hambrientos y además eran de gran tamaño. Cuando uno de ellos estaba cerca de devorar la cabeza del chico el cazador cortó con gran agilidad y sutileza la cabeza del lobo y prosiguió a despedazar al resto, aunque en ciertos casos solo cortaba la garganta. Después de que se recuperaron del shock, los llevó a la cabaña para ofrecerles comida, al principio no querían pero no les quedó más alternativa; el cazador dedujo que pertenecían a la nobleza debido a su elegante vestimenta y su gusto refinado. Ellos le dijeron que estaban huyendo del padre de la chica, un rey muy codicioso que planeaba darla en matrimonio a un príncipe de otro clan por conveniencia pero ella ya estaba enamorada del chico, un joven agricultor que la había frecuentado a escondidas hasta que decidieron huir para empezar una nueva vida. Ante esto el cazador se quedó un momento en silencio, soltó una risa leve y les dijo que no sobrevivirían un día a juzgar su actitud ante los lobos. La chica dijo que todo sucedió muy rápido como para que reaccionaran adecuadamente puesto que ambos tenían espadas y las sabían blandir, pero ambos quedaron intrigados por la destreza de él y cómo había llegado hasta allí.

Es así que el cazador comenzó a contarles su historia brevemente: “Yo venía de un clan de guerreros sumamente fuertes que estaba constantemente en guerra con otros clanes, un día un clan empezó a ganar territorio al vencer a los de su alrededor y se volvieron tan numerosos que atacaron mi clan sin problemas y lo redujeron a cenizas, fue una masacre total, no quedó nadie con vida excepto yo, un joven inexperto que después de ser noqueado quedé inconciente cerca de unos cadáveres por lo que pensaron que también estaba muerto. Al despertar me fui de allí mientras observaba con rabia y dolor como los míos parecían animales degollados.