Sobre el 8000 a.C. la humanidad empieza a efectuar la transición hacia una economía agrícola. El primer foco en aparecer, y desde el cual se extenderá por Eurasia occidental, es el de Oriente Medio. Sin embargo, las bases materiales de este proceso se pueden retrotraer miles de años más atrás, hasta las fases finales del Paleolítico superior.
Los primeros cultivos empleados en Oriente Medio fueron cereales como el trigo y la cebada, pero esto solo pudo ser posible gracias a un conocimiento previo sobre estos vegetales. Efectivamente, existe evidencia de su aprovechamiento que precede en unos 12000 años al inicio de la agricultura.
Al sur del mar de Galilea encontramos el yacimiento de Ohalo II, en una elevación de 212 metros sobre el nivel del mar y que suele encontrarse sumergido en 2-3 metros de agua. Por tanto, no es de extrañar que este yacimiento, de unos 2000 m2 de extensión, fuese descubierto en 1989 tras una bajada del nivel de las aguas. La datación de los restos carbonizados de algunas plantas nos dan fechas entre el 21500 y el 20500 a.C. anteriores incluso al período natufiense.
Entre las herramientas líticas del asentamiento encontramos unas 17 destinadas al molido. Estas piedras apenas fueron modificados intencionadamente, pero sí que se observa un desgaste de alguna de las caras, producto de un uso continuado. En concreto se han encontrado dos losas de moler, una ellas colocada sobre un grupo de guijarros que le proporcionaban estabilidad, fragmentos de tres molinos y 12 piedras de mano.
Realmente herramientas de este estilo ya eran conocidas desde hace miles de años, pero su principal cometido era la preparación de pigmentos minerales como el ocre, o el procesamiento de huesos animales. En Ohalo II, sin embargo, existen una serie de evidencias que permiten relacionarlo con la preparación de granos y cereales.
En primer lugar encontramos numerosos restos de granos carbonizados de gramíneas como el hordeum marinum cerca de las piedras de moler. Además, en la cara superior de una de estas losas encontramos almidón proveniente de granos de trigo, cebada o avena. Muy interesantes también son los restos de un alineamiento de piedras cubiertas de ceniza, que pudieron ser usadas como un horno rudimentario. De ser cierto, estaríamos ante el ejemplo más antiguo de esta tecnología.
En principio, por tanto, puede parecer que estamos ante una cultura dedicada a la recolección de cereales salvajes, que conformaban su dieta junto a pescados, gacelas, moluscos o pájaros. De esta forma se sentaban las bases de lo que posteriormente sería la cultura natufiense que, una vez hubo de enfrentarse a la crisis climática del Dryas reciente, dio paso a la economía agrícola.
La historia, sin embargo, parece no ser tan lineal. Por el contrario, el asentamiento de Ohalo II pudo practicar la agricultura a pequeña escala, la cual no tuvo continuidad en los periodos siguientes. Una de las principales pruebas en este sentido se basa en la diferencia existente entre los cereales domesticados y salvajes. Mientras que los primeros muestran cicatrices en sus articulaciones, los salvajes carecen de estas y muestran una unión más suave entre los raquis. De los 320 raquis de cebada encontrados en el yacimiento, un 36% muestran las mencionadas cicatrices, y entre los 148 raquis de trigo, el porcentaje está en el 25%.
Esto sugiere que Ohalo II podría ser uno de las poblaciones más antiguas con una cierta economía agricola, por lo que se daría el caso de que en este punto geográfico la humanidad abandonó la agricultura para dedicarse nuevamente en pleno a la caza-recolección, si bien mantendría los conocimientos y técnicas sobre los cereales, que usaría durante el natufiense y que eventualmente le permitirían dedicarse, esta vez con mayor continuidad, a la agricultura.
Piezas de una hoz compuesta destinada a la recolección de cereales en Ohalo II (Fotografía de Iris Groman-Yaroslavski , Ehud Weiss y Dani Nadel, 2019)BIBLIOGRAFÍA
- “ The use of stone at Ohalo II, a 23,000 year old site in the Jordan Valley, Israel” de Polina Spivak y Dani Danel
- “Processing of wild cereal grains in the Upper Paleolithic revealed by starch grain analysis” de D. R. Piperno et al.
- “The Origin of Cultivation and Proto-Weeds, Long Before Neolithic Farming” de Ainit Snir et al.
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