El movimiento "ohitorisama" (fiesta para uno) lleva tiempo calando fuerte entre los jóvenes japoneses. Básicamente consiste en un estilo de vida donde se valora más el tiempo para disfrutar haciendo cosas solos, un viaje, un paseo por la ciudad, ir al cine o una simple cena.
En un país como el nipón donde cada vez hay más soledad (los hogares habitados por una sola persona han aumentado el último año un 128%), se está produciendo un cambio en el concepto de sociabilidad, cuando llega el fin de semana, los momentos de ocio, ya no es necesario salir y disfrutar rodeado de tu pandilla de amig@s, basta con entrar en un establecimiento y conversar o establecer contacto con un desconocido sin tener mayores pretensiones de volverse a ver. El éxito de este movimiento ha traído consigo que muchos negocios se hayan especializado en actividades para hacer en solitario, han encontrado un verdadero nicho de mercado, como por ejemplo el "hitori karaoke" donde puedes mostrar tus habilidades cantando (y también lo contrario) tú sol@. El karaoke en Japón, como seguramente sabrás, es muy distinto al occidental, allí las salas tienen cierta similitud con una discoteca o disco-bar, reservas con anticipación y te asignan la más adecuada en función del número de personas, de este modo no tienes que cantar rodead@ de desconocidos, lo haces con tus amigos. Además cuentan con un servicio de camareros que te puede servir bebidas o cualquier aperitivo. Pues bien, la demanda de salas para "solistas" con un tamaño no muy superior al de una cabina telefónica ha aumentado un 30-40%. Lo curioso del caso es que hace tan solo diez años los japoneses tenían una verdadera fobia a la soledad, les avergonzaba incluso ser vistos solos en público lo que provocaba que aquellos que a la hora de comer no podían hacerlo en compañía optaban en ocasiones por comer en el baño para no ser vistos. El hecho de no tener amigos llevó a que se acuñase el término "benjo meshi" que literalmente significa almuerzo en el baño.
Silla antisoledad
Esa misma población, que a título de ejemplo protagonizó aspectos tales como:
- un invento tan peculiar como la silla que reparte abrazos.
- recurrió a "alquilar amigos" para conversar, los conocidos "ossan", varones de entre 45/55 años a quienes puedes contar tus asuntos más íntimos sin ser juzgado a cambio de unos 10 dólares por hora al cambio.-el reconocimiento social se asociaba a la cantidad de amigos o de likes en las redes sociales.
- parte de su población anciana cometía delitos para ir a la cárcel por huir de la soledad, tener con quien hablar y en algunos casos porque su pensión no les permitía llegar a fin de mes.
Páginas alquiler de amigos en Japón
parece estar dando un giro en sentido contrario con este movimiento que, además, según explican algunos sociólogos ha venido para quedarse y seguramente acabe siendo exportado a sociedades similares.
La tasa de natalidad en Japón, como en muchos países occidentales, es cada vez más baja, el año pasado sólo hubo 865.000 nacimientos, la cifra más baja desde que en 1.899 comenzaron los registros. Los hogares unipersonales han pasado de un 25% en 1.995 a más de un 35% en el año 2.015, jóvenes que se independizan pero no se casan y ancianos que viven solos tras enviudar elevan notablemente este porcentaje. Al igual que pasa España, es uno de los países más envejecidos del mundo debido a su alta "esperanza de vida" y también compartimos la baja natalidad. Sin embargo, nuestra cultura mediterránea del ocio ha ido siempre en un sentido opuesto, una fiesta compartida con amigos y conocidos y nuestro perfil personal más sociable hace difícil pensar a día de hoy que el movimiento ohitorisama triunfe en nuestro país, pero habrá que ver si se abre camino en otro tipo de sociedades más afines a la japonesa y cómo evoluciona en un futuro. Veremos si las circunstancias actuales, en plena pandemia originada por el covid-19 y las presumibles restricciones a eventos masivos durante un tiempo no hace que cambienos nuestros hábitos de ocio y nos aproximemos más a los hábitos del país nipón.