Mi peque cumplió los 18 meses hace poco y la llevamos al pediatra para que a parte de hacerle la revisión periódica, le pusieran la vacuna correspondiente para esta edad.
Le tocaba la vacuna Pentavalente, que contiene difteria, tétanos, tosferina, haemophilus influenzae y poliomelitis.
Le hicieron la revisión y todo estaba bien, había aumentado de peso y había crecido unos centímetros. A continuación le pusieron la vacuna.
Yo jamás he revisado las vacunas que le han puesto a mi hija. No sé si es un error de madre primeriza o cualquier madre en su sano juicio hace lo mismo. Pero siempre he estado tranquila y he confiado plenamente en el equipo médico que la lleva. Pienso que son profesionales de la salud y ellos mejor que nadie saben lo que hacen, con lo cual nunca me he planteado pedirles la vacuna antes de administrársela, ni tan siquiera he preguntado que vacuna le ponen, porque por un lado lo leo antes de ir en el carnet de vacunas y por otro lado ellas (enfermeras) siempre nos lo comentan cuando se la ponen.
Pero en esta vacuna yo me lié un poco, y a pesar de que antes de ir a la consulta leí cual le tocaba, al estar compuesta por 3 dosis no sabia que su nombre completo era pentavalente. Con lo cual la enfermera se la puso y me dijo: ” le he administrado la triple vírica, ahora ya está vacuna hasta los 3 años” y yo tan tranquila pensando vale, la vacuna de los 18 meses ya está puesta. Me dieron el carnet de vacunas, nos dijo que comenzáramos con el pescado azul y adiós muy buenas.
Días más tarde hablando con una compañera de trabajo, me pregunto que tal le había sentado la vacuna a la niña, ya que a veces suelen darle fiebre, y que cual era la vacuna que le habían puesto. Yo muy segura de mi misma le dije la triple vírica. Y mi compañera me dijo ah vale! es que yo tengo que llevar a mi peque la semana que viene y es para saberlo.
Llega la siguiente semana y mi compañera me envía un mensaje diciéndome, he vacunado al peque, pero no le han puesto la triple vírica, sino la penta.
Ahí saltaron todas mis alarmas!! salí corriendo a buscar el carnet de vacunas de mi peque y mi sorpresa fue ver que la enfermera había marcado una X en la vacuna de triple vírica. Llamé inmediatamente al CAP y pedí hablar urgentemente con la enfermera de pediatría, rezando a la misma vez para que se hubiera equivocado a la hora de hacer la cruz, pero que le hubiera puesto la vacuna bien.
Cuando conseguí hablar con ella y explicarle la situación entre sollozos y nervios, me dijo que me pasará por el CAP lo antes posible. Ahí me vine abajo y supe que algo había fallado, me preocupada muchísimo la salud de mi niña.
Fuimos corriendo al CAP y nos confirmó que evidentemente se había confundido de vacuna, en lugar de administrarle la que le pertenecía a los 18 meses que es la Penta, le había administrado, la que corresponde a los 3 años que es la triple vírica.
Comencé a llorar, los nervios se apoderaron de mi, me transforme, no era yo, quería una explicación y sobre todo una solución, HABÍAN VACUNADO MAL A MI HIJA POR UN ERROR!!
La enfermera sólo sabía decirme que me calmara que a la niña no le iba a pasar nada, pero a mis sus palabras me retumbaban en los oídos, yo solo hacía que mirar a mi niña y me la imaginaba de todos los colores.
Vino enseguida una pediatra y me lo explicó todo muy detalladamente.
Este error que se había cometido, evidentemente es algo que no tenía que haber pasado, pero una vez cometido el error, por desgracia ya no hay vuelta atrás.
Me comentó que el tiempo mínimo que puede pasar entre una vacuna y otra es 1 mes, en el caso de mi peque habían pasado 6 meses, ya que a los 12 meses le administraron otra dosis de triple vírica (cuando le tocaba), pero claro mi duda era: ¿si entre una dosis y otra tiene que pasar 2 años, que pasa en su caso que han pasado sólo 6 meses? me dijo la pediatra que no pasaba absolutamente nada, el único problema que podía haber es que le hiciera reacción ya que estada sobre-vacunada. Esa reacción podía ser un resfriado muy fuerte acompañado de fiebre.
Por suerte han pasado ya unos días y la peque esta bien, no ha sufrido ningún tipo de reacción, ni nada fuera de lo normal.
Ahora estamos esperando a que pase un mes para vacunarla de la que le falta, que es la de los 18 meses, la famosa Penta y luego queda esperar a que la AEP (Asociación Española de Pediatría) se ponga en contacto con nosotros para decirnos si a los 3 años hace falta volverla a vacunar de la triple vírica o no. Ya que de esa vacuna lleva las dos dosis correspondientes, pero como aun queda 1 año y medio, pues no sabían decirme.
Así que a partir de ahora pienso mirar con lupa la dosis de vacuna que administran a mi pequeña, y siento mucho si la enfermera o el pediatra se enfadan o piensan que soy una desconfiada pero esto a mi no me vuelve a pasar más!!
Lo más curioso de todo es que a la niña desde que nació, sólo la hemos llevado al CAP para revisiones y vacunas, ya que tenenos un pediatra privado a la que le llevamos en caso de urgencias y consultas, con lo que quiero decir que para una cosa que la llevo, van y se equivocan… es un caso totalmente denunciable. Suerte que mi peque está bien, sino se les hubiera caído pelo.
Así que desde aquí os animo a poneros al día con las vacunas de vuestros hijos y aseguraros muy bien de cual les toca antes de que se las administren, ya que luego si hay cualquier error o equivocación no hay marcha atrás. Y es la salud de nuestros hijos la que esta en juego.
Un error de una enfermera o un pediatra no les va a afectar a ellos ni a nosotros, sino que les afecta directamente a nuestros hijos. Son pequeños, son indefensos, con lo cual es nuestra responsabilidad 100% como padres saber en manos de quien les dejamos.
Yo me siento culpable, porque por una simple comprobación que yo no hice, ahora mi hija esta mal vacunada. Suerte que nos dimos cuenta a tiempo y hemos podido “modificar ese error” sino mi peque se hubiera quedado sin vacunar de la vacuna de los 18 meses y eso es mucho peor que administrarle una dosis de más por error.
Dentro de lo malo, más vale que esté vacunada de más que de menos. De hecho la AEP recomienda que antes la duda de saber si una vacuna está puesta o no, que se vuelva administrar, siempre y cuando haya pasado el tiempo correspondiente, que suele ser 1 mes.