Ojo con lo que puede venir

El Mundo al revés. 
Luis García Miró Elguera. (Diario Expreso). 
OJO CON LO QUE PUEDE VENIR. 

La minería ha impulsado en gran medida el fulminante crecimiento que ha venido desarrollando el Perú durante las últimas dos décadas. Recientemente el ministro de Energía y Minas, Jorge Merino, anunció que “El sector minero aportará el 30% del crecimiento económico del Perú hasta el año 2016. Tenemos un stock de inversiones mineras por 54,000 millones de dólares y queremos que se desarrolle en el menor plazo posible. Hay proyectos que tienen fechas que deben cumplirse”. Sin embargo la realidad convierte en inciertas esas declaraciones. En efecto, la brusca caída del precio internacional de los minerales –registrada sobre todo a partir del último trimestre– ha activado todas las alarmas en aquel sector y, consecuentemente, encendido luces rojas en el MEF y el resto del gobierno. La desazón del sector minero no se origina sólo en la debilidad de las cotizaciones de sus commodities, sino en el nefasto ambiente antiminero desatado a lo largo de la campaña electoral 2011, y luego consolidado con la violencia de caciques traidores que, bajo el manto de la defensa medioambiental, han paralizado sendas y costosísimas inversiones –como Conga– que, en las actuales circunstancias de seca, ya no serán posible hacerlas realidad aun así el gobierno las autorizara.

En marzo el INEI ya dio una alerta sobre el frenazo de la economía. Según el ente estadístico, la desaceleración –solo crecimos 3.1%– se debió a una baja expansión del sector construcción (3.75%) y a la caída de los rubros manufactura (-3.64%) y la pesca (-20.36%). Y ojo que hasta ese momento la minería aún no había sufrido el desplome del precio mundial de los minerales; aunque sí había registrado un 3.23% de contracción en sus inversiones, entre otras razones porque Antamina redujo en 15.4% (US$118.5 millones) sus aportes, comparado con el primer trimestre 2012. Por el lado del cobre –estratégico metal para el Perú– año a año su valoración durante la última década ha sido alcista. No obstante esa tendencia podría estar acabando esta temporada. Su precio no sólo dejaría de subir sino que podría disminuir, sumándose este factor al alza continua de costos registrada en esa especialidad minera, y a la exigencia de mayores inversiones en las refinerías para cumplir con costosísimos programas medioambientales.

Entramos pues a terrenos pantanosos. La locomotora del progreso ha bajado su marcha. El pesimismo hace que ya se planifiquen reducciones de costos: despidos de personal, disminución de gastos en concesionarios, menores compras de equipos y maquinarias afectando a proveedores, etc. Equivale a enfriar la economía en general. Porque al final del día la contracción minera afectará no sólo al enorme entorno socioeconómico que vive de ella, sino que reducirá el ingreso tributario de todo el país castrando los presupuestos. Sobre todo en las regiones.

FUENTE: DIARIO EXPRESO. http://www.expreso.com.pe/el-mundo-al-reves/ojo-con-lo-que-puede-venir