La semana pasada os adelantaba en nuestra página de Facebook la historia de hoy, protagonizada por Lucía y Sandra.
Son dos jóvenes de La Rioja que se conocieron hace un par de años en la sala de espera del hospital para recibir sus respectivas sesiones de quimioterapia. Lucía ya llevaba tiempo asistiendo periódicamente al tratamiento, pero para Sandra aquella mañana era la primera y estaba muy nerviosa.
… No hacía otra cosa que llorar, llorar y llorar. Su madre la acompañaba y, aunque intentaba aguantar el tipo, se veía en su ojos la preocupación por su hija. Verla pasarlo tan mal le hacía sentir peor que la enfermedad.
Cuando la vi me recordó a mí misma hacía pocos meses, durante mi primera sesión de quimio. Mi madre también estaba desesperada con mis lágrimas… Entonces me animé a hablar con ella, para ayudarle a conciliar la calma, en la medida de lo posible. Sandra se sorprendió cuando me dirigí a ella. Estaba en su “mundo”, sumergida en sus inquietudes, pensando en cómo sería, qué pasaría después, cómo acabaría todo aquello… y yo me acerqué, le cogí la mano y le dije que todo iría bien, que dejara de llorar porque lo importante es que estaba allí e iba a recibir el tratamiento que necesitaba en ese momento.
Sandra me miró, se fijó en mi pañuelo de la cabeza, rompió a llorar con mucha más intensidad y me abrazó. No sabíamos el nombre de la una ni de la otra, pero aquel abrazo nos unió en una fuerte amistad que nos ha ayudado a superar nuestros miedos.
Dentro de pocos días hará 2 años de ese momento, y quiero regalarle algo a Sandra. Como hacen las parejas cuando se regalan una alianza sellando su amor por un aniversario… nosotras somos amigas, cada una tiene su pareja, pero entre nosotras hay una química especial.
Mi madre, que ha sufrido tanto como yo este episodio de mi vida y también el de Sandra, es muy creyente de las piedras y sus poderes. Ella me ha recomendado que elija algo de Ojo de Tigre para desearle a mi amiga, no sólo suerte, sino que el optimismo sea un fiel compañero de viaje durante toda su vida. El ojo de tigre tiene la propiedad de aumentar la confianza y la seguridad, aporta fuerza interior y es clave para elevar la autoestima.
Cuando Lucía me envió su carta, recuperé mis notas sobre el Ojo de Tigre y efectivamente es tal cuál. Aunque tiene otras muchas propiedades, en gemoterapia se utiliza para casos de falta de autoestima.
Como Lucía buscaba algo con este material, le recomendé la pulsera de ojo de tigre con bolas de plata que hacemos a mano. Están hechas con hilo de silicona, flexible para hacerlo más cómodo de poner y quitar. Preparamos una para cada una, así lo llevarán para sellar su amistad y para recordarles que siempre hay que luchar por seguir adelante por muy oscuro que se vea el camino.
Gracias a Lucía por el testimonio y un abrazo fuerte para las dos y sus madres.