En las Merindades de Burgos se encuentra un rincón pintoresco, Ojo Guareña. Un enclave en la naturaleza que forma parte de uno de los complejos kársticos más grandes de la Península Ibérica. De hecho, durante bastantes años, lo fue hasta que se descubrió el Sistema del Mortillano (Cantabria) y le quitó el puesto.
Este conjunto de galerías formadas en piedra caliza por efecto de la erosión del agua, principalmente, mide más de 100 km. Es considerado Monumento Histórico Artístico Nacional. El punto al que no vamos a dirigir permite entrar con una visita guiada en la Cueva San Bernabé y en la Ermita de San Tirso y San Bernabé. No se trata, ni mucho menos, de una visita de espeleología, de hecho, apenas se accede unos metros a través de una pasarela, pero sí resulta muy interesante. Y por supuesto, el entorno en el que se encuentra es una maravilla. Para los amantes de la espeleología está abierta para poder hacer un recorrido más específico en este terreno, una parte de la Cueva Palomera (podéis obtener más información aquí).
Al final de esta entrada, en “ubicación en Google Maps”, os dejamos señalado el punto en el que se encuentra exactamente para que podáis planificar vuestra visita en función de vuestra procedencia.
Vamos a empezar con los datos prácticos. Las cuevas suelen abrir cada año alrededor del 1 de marzo. Para acceder a la parte exterior no es necesario adquirir ninguna entrada. Desde el aparcamiento se accede a través del camino hasta la misma puerta de las cuevas y ermita. Si estáis interesados en visitar su interior sí que hay que adquirir una entrada.
Nosotros fuimos en temporada alta (Semana Santa), por lo que estaba aquello lleno de gente y los aforos son limitados. Se puede adquirir dos tipos de entrada, una que incluye solo la Ermita de San Tirso y San Bernabé, por un importe de 3 euros (adultos), u otras donde entras a la Ermita y a la cueva, por 4 euros.
Esta segunda modalidad es la que elegimos nosotros. Se hace a través de una visita guiada que dura unos 45 minutos y comienza pocos metros después de entrar en la cueva, con un documento audiovisual para situar al visitante en el contexto de dónde se encuentra.
Luego, la visita transcurre a través de unas pasarelas que recorren en total unos 400 metros del interior de la cueva y que acaban en la Ermita de San Tirso y San Bernabé.
Es un camino con buena visibilidad, dentro de la penumbra, y bien habilitado. Aun así os recomendamos calzado cómodo y ropa de abrigo si lo hacéis fuera de la época estival.
En nuestra visita lo que hicimos fue acercarnos por la mañana para ver cómo iba el tema del aforo. Estaba lleno de gente y había bastante fila para adquirir las entradas. Así que decidimos ponernos en ella a ver qué nos contaban. La mayor parte de las entradas estaban vendidas, pero pudimos adquirir unas para las 5 de la tarde. Así que, las compramos y de ahí nos fuimos a visitar otros destinos cercanos (Puentedey, por ejemplo) para volver a las cinco a la cueva.
Deciros que por la tarde había bastante menos gente, con lo que pudimos disfrutar más de la parte exterior, y como no, sacar unas fotos menos masificadas.
Alrededor de este lugar hay muchas leyendas, historia y huellas reales del pasado. Una de las leyendas más conocidas cuenta que, muchísimos siglos atrás, un joven entró persiguiendo a una dama. El joven nunca salió. Se quedó preso dentro de la cueva y dicen que construyó una especie de “mini presa” para poder conseguir agua para su supervivencia. En la visita lo que podréis observar será la famosa Pila de San Bernabé. En ella caen las gotas que se filtran por las capas de las cuevas. De ese agua se dice que tiene poderes curativos para la vista. También podréis observar los silos, lugares para almacenar grano dentro de la cueva.
En el Complejo de Ojo Guareña se han encontrado restos de la época del paleolítico, se han encontrado huellas y pinturas rupestres, es un lugar de gran valor por todo lo que en su interior alberga.
La visita de la cueva termina con la entrada el la Ermita cuasi rupestre de San Tirso y San Bernabé, en la que nada más entrar te sorprenden los frescos pintados (s. XVIII) en su techo que ilustran los Martirios de San Tirso. Martirios a los que fue sometido por no querer hacer ofrendas a los Dioses romanos, martirios de los que, a pesar de los tremendos que pudieran parecer, siempre, por algún motivo divino, acababan en su supervivencia. En el s. XIX también se ilustraron algunos de los Milagros de San Bernabé.
No se nos puede olvidar comentaros que esta cueva, hasta 1924 y desde finales del s. XIX, ha sido la sede del Ayuntamiento de la Merindad de Sotocueva.
A la salida, a parte de disfrutar del entorno que es fantástico, podéis descender por un camino hacia el lugar donde el río Guareña penetra en el interior de la tierra. En nuestro caso el acceso estaba complicado por la cantidad de barro tras las lluvias en días anteriores.
Este enclave que hoy traemos, apenas es una mínima muestra de todo lo que esconde el Complejo de Ojo Guareña. Es la oportunidad de acercarse a un lugar que ha visto pasar desde la época prehistórica muchas formas de vida. Ha sido escenario de arte rupestre, ha sido escondite en época de la Edad Media. Un lugar tallado en la piedra y modificado por la naturaleza y el ser humano. Se llegó a utilizar hasta como cárcel.
Más adelante, os iremos contando más lugares que visitamos en nuestra escapada de Semana Santa a las Merindades de Burgos.
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