Revista Diario

Ojos que no ven corazón que no siente

Por Belen
Ojos que no ven corazón que no siente
Aunque en esta ocasión ha tardado, ¡el otoño siempre llega! Y como era de esperar lo ha hecho de golpe y sin miramientos. Frío por doquier, heladas matutinas y algún catarro son ya nuestros fieles compañeros.
Y los niños se quejan, al menos el mío lo hace: “mamá qué rollo que haga frío, yo quiero que siga siendo verano”. Y aunque soy una madre empoderada…. No soy todopoderosa y por el momento no puedo yo manejar las estaciones del año a nuestro antojo –ay si pudiera-.
El caso es que cuando llegó el, deseado por unos y temidos por otro, frío mi niño decidió rebelarse contra él. ¿Qué hizo? Pasarse una semanita saliendo al recreo en mangas de camiseta, todo recio él. Consecuencia: catarrazo al canto. Era inevitable. Pero como ya es mayor y debe ser que los virus rebotan, el moqueo y malestar duró un par de días tan solo. Sigue leyendo.

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