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Okja, no sin mi cerdo

Publicado el 19 marzo 2018 por Patrick Bateman @CinefiliasO
Okja, no sin mi cerdo
Confieso que mi afición por el cine oriental en términos generales es muy poco atrayente para un servidor. Sin embargo, hay excepciones, la mayoría de veces por recomendación directa e insistente de algún amigo. De esta manera vi en su momento Snowpiercer dirigida por el artífice de la película que hoy ocupa estas líneas que suscribo, Joon-ho Bong.
Su más reciente film Okja, a expensas de que estrene Parasite. Okja fue estrenada el pasado 2017 y, aunque la vi hace ya algún tiempo la fui dejando en el tintero -o mejor dicho, en el teclado- es una producción acogida por Netflix en su circuito comercial pero que bien podría haber tenido un recorrido mucho más amplio fuera de la pequeña pantalla.
Okja, no sin mi cerdo
Es cierto que Okja ha tenido su reconocimiento y momentos de gloria tras pasar por algunos festivales de cine, entre ellos el Festival de Cannes o el Sydney Film Festival, incluso, irse a casa con algún que otro premio bajo el brazo. Sin embargo, me parece recordar que ésta no llegó al circuito comercial en las salas convencionales.
Okja, no sin mi cerdo
Personalmente, la película me recordó en algunas de sus secuencias al humor descerebrado de la serie de dibujos animados Dr.Slump, creada por Akira Toriyama. Pero bajo esa capa de excesos visuales y verbales, hay un trasfondo emocional y de intensa crudeza en el argumento a partir de la mitad de la película.
Durante diez idílicos años, la pequeña Mija ha sido la cuidadora y compañera de Okja, un gigantesco cerdo, en su granja de la montaña, en Corea del Sur. Pero todo cambiará cuando la gran multinacional familiar Mirando Corporation se intente llevar a Okja a Nueva York, donde la narcisista y egocéntrica Lucy Mirando tiene otros planes para la mejor amiga de Mija.
Okja, no sin mi cerdo
Okja es un cuento infantil de alta costura que por propio desgaste argumental consigue emocionar al espectador llegados a su cruento desenlace. Durante la primera mitad del film todo es muy digerible y todo parece transitar en armonía, frente a una segunda mitad más acorde para el público adulto y menos para el público infantil. Por que seamos claros, Okja viene arropado por la túnica que cubre todo cuento infantil pero con un mensaje claramente desalentador y dura crítica para la cadena alimenticia industrial.
Okja, no sin mi cerdo
La propia historia se endurece a medida que avanza con un mensaje animalista que se aleja notablemente de esos primeros pasajes narrativos infantiles de los que presume con orgullo y solvencia la película y que el público infantil puede llegar a disfrutar. Así que Okja es claramente un film para el público adulto, lo digo para los padres despistados que llevan a ver a sus hijos según que películas sin informarse antes bien de lo que depara el guión.
Como punto débil podemos arrancar algún efecto digital que no está todo lo pulido que se podría esperar, pero que no deja de cumplir en el tono que desprende la película. En cuanto a las interpretaciones, son de lo más solventes y efectivas. Con una puesta en escena muy natural, sobre todo, por la parte que le toca a Mija, interpretada por Seo-Hyun Ahn, que hace de su personaje a una niña totalmente creíble.
Okja, no sin mi cerdo
Llegan los excesos interpretativos de la mano de Tilda Swinton que ya colaboró con un estrambótico personaje en Snowpiercer bajo la dirección del propio Joon-ho Bong. Hay que ver lo bien que se le da a esta actriz hacer personajes visualmente e interpretativamente explosivamente cómicos. Okja es una película bastante resolutiva y emotiva, llena de acción y entretenimiento sin dejar de lado un lado reflexivo en la mente del espectador.
Okja, no sin mi cerdo

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