Ola…calor

Imagen: naukas.com Volvemos a lo mismo, otra ola de calor que supuestamente llega hoy a Canarias para recordarnos que, aunque sea a plazos, estamos en verano. Digo a plazos porque las zonas donde se sufre la panza de burro, o más conocida en la península como barriga de asno, el verano aún no ha llegado. Aunque si lo miramos de manera objetiva, el mal tiempo que sufrimos los ciudadanos que estamos bajo ese manto gris y frío durante los meses de julio y agosto sirve como refresco previo a las persistentes olas de calor que nos llegan cada cierto tiempo. La última, ésta que llega, provocará que tengamos aviso amarillo, con temperaturas de hasta 35 grados y que probablemente se mantengan durante toda la semana, porque lo más fácil es que sudemos de martes a viernes y el sábado y domingo, nos pongamos una rebeca. Y si buscamos algún tipo de sentido a este sinsentido climatológico no estaría de más recordar eso del cambio climático, un asunto que debería de empezar a preocuparnos más de lo que creemos porque incluso en estos días ya se ha hablado del aumento de la temperatura como consecuencia del calentamiento global y que se han incrementado las emisiones de amoniaco a la atmósfera y con ello los afectos adversos para la salud. Pero de vuelta al asunto que tratamos, en estos días será cuestión de que nos hidratemos…que no significa que nos bañemos en crema. Que evitemos el sol en las horas fuertes…que no significa que crucemos la acera buscando la sombra y que nos abaniquemos moviendo la mano y no la cabeza. Y mucho cuidado con los golpes de calor; sobre todo en niños y mayores de 65 años, hacer deporte en estos días y ver películas de alto contenido sexual…que eso también incrementa la temperatura corporal y de qué manera. Y si no somos capaces de refrescarnos ni durmiendo en la nevera, solo pensemos que no hay mayor calor que el del infierno, bueno sí…el de la playa repleta de gente en pleno verano. Esta es la crónica habitual de un día como otro cualquiera.