Las apuestas deportivas han existido de alguna forma desde la antigüedad. Las primeras formas conocidas se dieron en las competiciones deportivas, como las carreras de caballos del siglo XIV a.C. en la antigua Babilonia y en los Juegos Olímpicos en Grecia.
Sin embargo, no fue hasta muchos siglos después cuando se crearon las primeras casas de apuestas. Uno de los destinos con más historia relacionados con el deporte es Olimpia, en Grecia.
Su viejo estadio olímpico se utilizó durante los Juegos de Atenas 2004 para la celebración de varias pruebas atléticas, pero también son interesantes para visitar el templo de Zeus y el Museo Arqueológico (que conserva los centauros que cubrían sus frontones).
En el año 776 antes de Cristo tuvo lugar la primera edición de los Juegos Olímpicos de la historia en Olimpia. Los últimos JJOO de la antigüedad se celebraron en el año 393, cuando el emperador romano Teodosio, defensor del cristianismo, prohibió las celebraciones paganas.
La Antigua Grecia y el Imperio Romano
Las apuestas sobre eventos deportivos no solo son uno de los juegos de azar más populares del mundo, sino que también se encuentran entre las práctica de ocio más antiguas. Según estudios recientes, su origen se remonta a más de 2.000 años, a la antigua Grecia, cuando cada cuatro años se celebraban sus juegos olímpicos donde los griegos apostaban en sus disciplinas favoritas.
Después, fueron los romanos comenzaron quienes comenzaron a apostar también en los circos romanos, con los gladiadores como los protagonistas.
Las apuestas ayudaron a popularizar los torneos de caballeros, los juegos de tiro con arco y otros deportes que fueron populares en la Edad Media tras la caída de los romanos.
El boom en el Reino Unido
Ahora viajamos muchos siglos adelante en el tiempo para llegar a finales del siglo XVIII y principios del XIX, cuando las apuestas deportivas se hicieron populares de manera exponencial. Fue gracias al Reino Unido que la gente empezó a apostar en las carreras de caballos.
Estas carreras son, sin duda, las que más han contribuido a la popularización de las apuestas deportivas. Ya en 1711 se celebraban carreras de caballos en donde los espectadores podían apostar en el legendario hipódromo de Ascot.
Otra alternativa para que la gente invirtiera su dinero fueron las carreras de galgos. Las apuestas deportivas se popularizaron en el Reino Unido como actividad de pasatiempo y dieron lugar a un gran número de puestos de trabajo y flujos de capital.
Se hicieron tan populares estas apuestas que, en 1845, el gobierno aprobó una ley de juego que permitía la apertura de establecimientos legales para dar rienda suelta al deseo del público. En Estados Unidos se puso de moda gracias a los colonos ingleses, que introdujeron sus costumbres al país a mitad del siglo XIX.
Al resto de Europa a mediados de la década de 1930, cuando empezaron a levantarse establecimientos físicos como salones de juego o casinos. El sector se expandió y cada nación tuvo su propio producto estrella. En España se popularizó la Quiniela; en Estados Unidos, el boxeo, y así sucesivamente.
Llegó Internet
Las apuestas deportivas sufrieron una revolución cuando llegaron las casas de apuestas deportivas online. Internet ha sido una gran herramienta para los jugadores que buscaban casinos, hipódromos o cualquier tipo de apuestas.
Ahora ya no es necesario acudir a un hipódromo o a un campo de fútbol para apostar. Tampoco es necesario acudir a un lugar físico para ver un partido. Podemos apostar en casi cualquier deporte del mundo a través de una conexión a la Red.
Soy periodista y experto universitario en protocolo. He trabajado en diferentes medios de comunicación como 20 minutos, Las Provincias o Diario 16. Ahora ejerzo labores de community manager, colaboro en blogs y publicaciones digitales. Autor del libro 'Eso no estaba en mi libro de Historia de Roma'.