¡Qué alegría poder comenzar el año con este apunte!
En el mes de mayo último, Olivia nos comentaba al grupo de asturianos que nos desplazamos a Paris para participar en el homenaje a La Comuna, que andaba a vueltas con la corrección de su libro. Eran más de trescientas páginas. La vi ilusionada. Son unas cuantas horas de conversación las que atesoramos y muchos momentos los que hemos compartido. Y es una de esas personas que te generan un sentimiento de admiración, no sé si tanto por su experiencia vital -seguro que sí-, como por la circunstancia de que ha demostrado ser capaz de darle a la nave un rumbo sin flaquear y perder el dominio del timón. Hay mucho que aprender de alguien así y yo me siento particularmente orgulloso de tenerla ahí, tan próxima en tantas cosas.
Hoy su libro no es un proyecto editorial sino una realidad que verá la luz el próximo 14 de febrero de 2013, y mi apunte forzosamente hace referencia al testimonio dado por quien es amiga, hermana y madrina republicana, como a ella le gusta recordarme cuando hablamos.
Evidentemente no he leído el texto. Sé por lo que ella me contó en su momento que narra una gran parte de su trayectoria vital y cuenta cómo fue ese difícil paso de un cuerpo a otro. Sé que también habla del Gran Oriente y de cómo fue el proceso que convulsionó el bastión inexpugnable que fue la masculinidad histórica de nuestra Obediencia. Sé asimismo que hace un recorrido por su vida profesional y por las dificultades que ha tenido que arrostrar en las obras que dirigía como arquitecta. Y sé que es una luchadora y que su palabra valiente reivindicará los derechos de las personas transexuales.
Es muy importante para mí poder escribir esta nota hoy, pues ese libro sigifica muchas cosas y me llena de orgullo. Pero más allá de lo personal, sé que estoy hablando de la aportación de alguien consciente de que lo importante no es ganar las batallas con carácter inmediato, sino tener la capacidad de defender los ideales y valores en los que uno cree y lo sostienen, y entre los que resalta la libertad, el respeto a los demás y a uno mismo. Es algo digno de apreciar en un tiempo en el que todo se ha llenado de parlanchines, desangelados cuerpos en retirada y felices compradores en época de rebajas.
Muchas gracias, Olivia.
Anoto a continaución la referencia a la editorial francesa Robert Laffont con el correspondiente enlace, con el fin de que quien pueda estar interesado en el libro de próxima aparición, pueda acceder directamente a la información que hay disponible sobre él.
Et si omnes, ego non.