Revista Cultura y Ocio
Hace ya algo más de un mes informábamos de la aparición del libro escrito por Olivia Chaumont "De un cuerpo a otro". Decíamos entonces que se presentaría esta semana, así que volvemos a retomar la cuestión reproduciendo el vídeo de la entrevista hecha a mi buena amiga -también hermana y madrina republicana-, y a publicar la traducción al español de sus palabras.
Olivia Chaumont.-
Invito al lector a acompañarme en un viaje que va a llevarle hasta Tailandia; a lo largo de ese viaje el lector descubrirá qué es algo como la "transidentidad", de forma más bien general, y la transexualidad de manera más concreta, cuestiones que llevan a un hombre o a una mujer a dar este paso increíble como es pasar de un cuerpo a otro para poder reconocerse en el género que a cada cual corresponde. Dar este paso es la única opción que se tiene a mano. Porque hablamos de algo que existe desde el nacimiento mismo. Hay algo que se impone a uno mismo y que le permite darse perfectamente cuenta de que las cosas no marchan bien. Y con el paso de los años, la toma de conciencia lleva a asumir que la única forma de poder vivir ese género que no se corresponde con el cuerpo que uno tiene, es asumir la certeza de que se trata del género al que se pertenece, el género propio, que nunca cambiará, y que por el contrario es el cuerpo el que ha de cambiar... Y es el cuerpo el que ha de cambiar para poder ser reconocido cada cual como lo que es. Y este es el viaje: Pasar de un cuerpo al otro...
Olivia lee un fragmento de su libro:
"En el baño me quito la blusa y la dejo caer a mis pies. Me veo desnuda ante el gran espejo. Descubro todo mi cuerpo. Un shock. Una emoción total, intensa. ¿Soy yo? ¿Es mío ese cuerpo tan perfecto, armonioso, natural?... Sí, natural... Nada puede quebrar esa silueta completamente femenina. Es un cuerpo hermoso en su totalidad. Con sus curvas guardando equlibrio... Y cuando abro ligeramente las piernas, la visión de ese bajo vientre sin pene me da ganas de liberar mi alegría, de decir a gritos toda mi felicidad..."
Es algo desconocido. Para mí es un terreno desconocido ante el que nos hallamos y que hay que cultivar poco a poco para aprender a ser aquello que se ha anhelado ser siempre.
En lo que me concierne me he convertido socialmente en una mujer, pero nunca viví como una mujer. Y he tenido que aprender con cincuenta años de retraso. Y el libro cuenta todas esas dificultades, a veces cómicas, a veces dramáticas, que llevan a alguien a vivir una vida reequilibrada... Todo esto tiene consecuencias que inicialmente son inimaginables... Por ejemplo, cuando se alcanza la meta aparece la desigualdad entre sexos. Aparece la discriminación, el no reconocimiento de una determinada competencia porque una es mujer... Hay consecuencias tales como el hecho de que yo pertenecía a una Obediencia que era históricamente "monogénero", desde hacía 250 años, un círculo filosófico denominado Gran Oriente de Francia que era exclusivamente masculino desde hacía 250 años y que, de golpe, tuvo que enfrentarse a la realidad de un hermano que se convirtió en una hermana. Hablamos de la mixtidad y de cómo se desarrolló -nada mal, por cierto, habida cuenta de que sigo estando ahí.- Son consecuencias que no se podían ni imaginar...Et si omnes, ego non.