El proyecto ‘Sant Miquel +B, Sumem des dels Barris’ inicia estos días la segunda fase del proceso de trabajo. El Diagnóstico Participativo, resultado final de la fase que ahora termina, se ha planteado como un documento de carácter estratégico que no se limita al análisis de la situación del barrio, sino que avanza en la definición de las Líneas Estratégicas que estructurarán la segunda fase -de Acciones de Mejora- así como el trabajo posterior a desarrollar por el Ajuntament d’Olot.
El Diagnóstico Participativo servirá por tanto como un documento que fija los objetivos para el futuro del barrio, permitirá la devolución de los resultados a los agentes implicados y servirá como base sobre la que trabajar colaborativamente durante la segunda fase.
Elaboración del diagnóstico, Metodología e INPAR
‘Sant Miquel +B’ se ha planeado desde un inicio como un proceso que trata de acercar la distancia entre las necesidades ciudadanas y los condicionantes técnicos, dos aspectos que han de convivir en el entorno urbano de cara a plantear estrategias comunes y alcanzar soluciones compartidas. Este acercamiento que ha de producirse entre los distintos colectivos (técnicos y profesionales, agentes sociales y económicos), ha de verse acompañado de herramientas adecuadas para respaldar este proceso. En este sentido, la herramienta INPAR (Indicadores Participativos), desarrollada desde hace varios años por nuestra oficina, se ha mostrado una herramienta indispensable de cara a facilitar la priorización de propuestas en las que es necesario tener en cuenta de manera simultánea las percepciones ciudadanas y las cuestiones técnicas. Esta herramienta de análisis y gestión de la información había sido ya empleada de manera parcial en diversos proyectos, pero ha sido en el caso de Olot donde se ha implementado por primera vez de manera completa.
En el caso de Sant Miquel, los Indicadores Participativos se plantean a partir del trabajo desarrollado en la primera fase, en la cual se ha recogido la información necesaria para su cálculo. En primer lugar, el proceso participativo, a través de las actividades realizadas y los canales propuestos –espacio web, carteles participativos, etc.- ha permitido obtener las opiniones de los distintos colectivos sobre los aspectos relevantes del barrio, información que posteriormente ha sido clasificada de acuerdo a determinados criterios (condición del emisor, carácter de la información y temática en la que se inscribe). Por otro lado, la información disponible a través del Área de Informació del Territori, ha permitido desarrollar conjuntamente el cálculo de los indicadores de sostenibilidad.
Una vez desarrolladas estas dos partes por separado, se llega a la labor fundamental y la que más claves aporta: el cruce de la información. Para ello se plantean una serie de Temáticas de Cruce que permiten ligar ambos mundos, y que deben englobar las materias prioritarias sobre las que se podrá trabajar desde los distintos organismos municipales y comarcales. Resulta esencial que estas temáticas resulten adecuadas al contexto en el que se trabaja y acordes al proceso que se ha desarrollado, pues serán en definitiva los bloques temáticos que organizarán el diagnóstico, por lo que han de resultar entendibles y explicativas. En el caso del barrio de Sant Miquel, y atendiendo a la problemática detectada previamente al desarrollo del diagnóstico, se han seleccionado las siguientes temáticas de cruce: Áreas Naturales, Espacio Público, Movilidad, Actividad Socioeconómica y Cohesión Social.
El cruce de la información nos proporciona con este sistema una imagen sobre el estado de un ámbito urbano que comprende no sólo los temas más relevantes sino también las percepciones que se tienen sobre dichos temas. De esta manera disponemos de un análisis que combina los parámetros técnicos de sosteniblidad con los aspectos cualitativos que han de servir para matizar y poner en contexto dichos parámetros. Si bien los resultados que dicho análisis ha generado en el caso de Sant Miquel escapan al contenido de este artículo –y que pueden ser leídos en el documento del Diagnóstico Participativo-, sí resulta interesante analizar las posibilidades que nos proporciona dicha herramienta, ya que permite obtener conclusiones diversas:
- En un primer nivel, el cruce de la información nos permite identificar las principales fortalezas y debilidades con las que nos encontramos. Por un lado, detectamos las fortalezas como aquellos temas que en los que los indicadores muestran un estado adecuado y en los que simultáneamente se recogen más percepciones positivas; por el contrario encontramos las debilidades en aquellos indicadores en estado más precario y con una mayor proporción de comentarios negativos. Finalmente encontramos los aspectos potenciales, aquellos temas en los que, siendo el estado de los indicadores adecuado o mejorable, las percepciones ciudadanas presentan una mayoría de comentarios propositivos, que orientan el trabajo hacia la mejora y la puesta en valor.
- En un segundo nivel, los Indicadores Participativos muestran ciertos temas en los que se producen divergencias entre los indicadores técnicos y las percepciones ciudadanas; son aquellos temas conflictivos que habrán de ser abordados de manera especialmente cuidadosa, pues en ellos residen ciertos conflictos, ya sea este entre los estándares de sostenibilidad y la visión ciudadana o entre diferentes colectivos con opiniones divergentes.
En este sentido los Indicadores Participativos no tienen la pretensión de funcionar como una herramienta finalista que, por si sola, proporciona las claves para actuar a futuro. Es, en cambio, un sistema de gestión de la información que permite de manera contrastada orientar las decisiones y servir como base para el diálogo entre perspectivas diversas. En este sentido, facilitan ciertas cuestiones que consideramos fundamentales a la hora de abordar los procesos de transformación urbana.
- Pedagogía: más allá de su utilidad desde la perspectiva exclusivamente técnica, los Indicadores Participativos han de ser fácilmente comunicables y entendibles. En este sentido, tanto las temáticas de cruce como los sistemas de clasificación de la información han de pivotar en torno a conceptos resultado del propio proceso y estar, pues, adaptados al contexto en el que son empleados.
- Transparencia: los Indicadores Participativos se nutren para el análisis del propio proceso del que nacen, por lo que funcionan también como una base de datos de todas las opiniones recogidas y del análisis técnico realizado, lo que permite visibilizar las diferentes opiniones, los conflictos y los consensos.
- Respaldo: el resultado y las conclusiones del diagnóstico funcionan como una hoja de ruta que nos permite guiar el trabajo posterior en base a unos criterios que recogen perspectivas diversas. Además funciona como mecanismo de seguimiento, mediante el cual podemos analizar los avances del proceso y las mejoras que se van alcanzando.
Líneas Estratégicas y Propuestas
Aplicar dinámicas transdisciplinares en los proyectos urbanos precisa de mecanismos de coordinación que permitan, en el ámbito municipal, el trabajo conjunto de diversas Áreas de Gobierno. Partiendo de la premisa de que los cambios en la ciudad raramente son competencia de una sola disciplina, las conclusiones del Diagnóstico Participativo desarrollado agrupan acciones diversas dentro de objetivos comunes.
Por ello a partir del diagnóstico realizado se propone para la siguiente fase un objetivo general y unas Líneas Estratégicas que servirán de marco para la definición y programación de las Acciones de Mejora. ‘Sant Miquel +B’ persigue como objetivo general poner en valor el barrio de Sant Miquel en el conjunto de la ciudad de Olot a través de un plan de futuro que revierta en beneficios para los vecinos del barrio y para la ciudad de Olot en su globalidad.
Para ello se han planteado dos líneas estratégicas complementarias, y aún siendo sus límites difusos, su diferenciación se considera fundamental. Una de ellas se hace cargo de la calidad de la vida urbana del día día en Sant Miquel y la otra de potenciar los recursos y fomentar la atracción exterior del barrio.
1- Sant Miquel un barrio más amable y habitable. Sant Miquel por un barrio con espacios públicos de calidad, paseable, confortable, con comercio local y riqueza paisajística . Esta primera Linea Estratégica comprenderá aspectos de cualificación y aumento de las zonas verdes y los espacios públicos destinados a la convivencia, la reactivación de los equipamientos socioculturales y educativos y la mejora de la movilidad peatonal, entre otros.
2- Sant Miquel un barrio con carácter, activo y atractivo para al exterior. La apuesta por Sant Miquel como un barrio que pone en valor su idiosincrasia: puerta de entrada a Olot, conectado con el Parc Natural, l’Escola d’Art y el Nucli Antic, barrio de acogida y convivencia, con actividad económica comarcal y patrimonio público de interés.Esta segunda Línea, que potencia los valores diferenciales del barrio en el conjunto de la ciudad se enfocará hacia los principales elementos de valor, tales como el Parque Natural, las grandes piezas industriales actualmente vacías, la dinamización de nuevos usos que aprovechen la afluencia comarcal ya existente, así como a la mejora de las cualidades paisajísticas y las conexiones con el resto de la ciudad.
A partir de estas dos Líneas Estratégicas se han planteado una serie de propuestas extraídas del proceso participativo y de trabajo interdepartamental. La segunda fase estará pues orientada a la priorización, la construcción colaborativa y la viabilización de estas y otras propuestas que puedan surgir.
Paralelamente, durante esta segunda fase se llevarán a cabo dos intervenciones tácticas, asociadas a cada una de las Líneas Estratégicas. Dentro de la primera, se realizará una intervención de embellecimiento de la Plaça Sant Miquel, que mejore su imagen urbana y otorgue valor a un espacio de gran importancia en el barrio. Dentro de la segunda línea, la táctica urbana se enfocará en una acción de dinamización en la Avinguda Girona que potencie sus valores como espacio de acceso a Olot y como eje de actividad del barrio. Estas dos tácticas se realizarán en colaboración con la Escola d’Art i Disseny d'Olot, como inicio de una relación que consideramos sumamente importante para el futuro.
Con todo ello da inicio la segunda fase del proyecto ‘Sant Miquel +B’ que mantendrá tanto el trabajo participativo con los agentes del barrio como el trabajo intersectorial con las distintas Áreas del Ayuntamiento implicadas. Unos y otros empezarán además a trabajar de manera conjunta en el Día del Plan, en el que se desarrollarán mesas de trabajo con ciudadanos y técnicos en las que se priorizarán y definirán las propuestas ahora planteadas de manera embrionaria. Esperamos que este proceso sirva además para plantear nuevas maneras de trabajar que tengan continuidad en el tiempo y que permitan acercar las posiciones de técnicos y ciudadanos, condición que consideramos indispensable para que los proyectos urbanos puedan desarrollarse con la aceptación y la satisfacción de todos ellos.