Revista Opinión

Olvidados del cristianismo

Publicado el 26 noviembre 2019 por Carlosgu82

La esposa de San Pedro

El Evangelio cuenta que Pedro tenía una suegra a la que Jesús curó (Mateo 8: 14-17). Normalmente la Iglesia no habla de la esposa del apóstol. Pero hay un pasaje de Pablo en Corintios 1, cap. 9 vers. 5 en el que dice: ¿No tenemos derecho de traer con nosotros una hermana por mujer como también los otros apóstoles, y los hermanos del Señor, y Cefas? Cefas es Pedro. El término mujer equivale a esposa. Pedro viajaba en sus prédicas con su esposa, lo mismo hacía Felipe. Clemente de Alejandría nos cuenta sobre esta mujer, de la que ignoramos su nombre:  «Tanto Pedro como Felipe engendraron niños [la Iglesia da el nombre de una hija de san Pedro: Petronila] … Cuando Pedro bendito vio a su propia esposa agonizando, se alegró de su cita y su vuelta a casa y la llamó de un modo muy alentador y consolador, llamándola por su nombre, diciendo: ‘Recuerda al Señor’. Tal era el matrimonio del bendito y su perfecta disposición hacia aquellos más queridos». El propio Clemente, quien vivió entre los años 150 y 216 y por tanto estaba muy cerca de los acontecimientos ocurridos en el primer siglo del cristianismo, la mujer de Pedro sufrió martirio antes que el apóstol. Nos preguntamos muchas cosas: ¿por qué la iglesia no rinde cierta veneración a esta mártir? ¿Por qué en ninguna película se ve a un Pedro acompañado por su esposa, sino a un místico solitario, que llega a morir a Roma. Si preguntamos a cualquier católico sobre la esposa tal vez nos dirá que no sabe de qué estamos  hablando o que Pedro de seguro siguió el mandato de abandonar esposa e hijos para seguir a Cristo. Pero no fue así, el apóstol no abandonó a su esposa. Siento que es más noble imaginar a un Pedro que continuó en sus prédicas acompañado de su mujer, que un apóstol que abandonó a su suerte a los suyos. Pero un primer Papa acompañado de su esposa e hijos es impresentable para la Iglesia. Dejaría sin base alguna el celibato sacerdotal. De hecho, Juan Pablo II defendió el celibato y la no ordenación de mujeres con la excusa de que Jesús solo escogió hombres como apóstoles. Pero la esposa de Pedro fue martirizada, algo había hecho para merecerlo, seguramente predicar el cristianismo.

Árabes olvidados

El cristianismo en sus inicios fue un movimiento semita. Los semitas fueron pueblos que hablaron lenguas semíticas, que incluyen el hebreo, el árabe, el arameo, el cananeo, el amorrita, el fenicio, el púnico  y otras, la mayoría extintas. Los hebreos enseñaron que los semitas eran descendientes de Sem, hijo de Noé. Cam y Jafet, por su orden, dieron origen a los egipcios y a los indoeuropeos o arios.  Los primeros eran más oscuros que los semitas y los segundos, más claros. Digo que el cristianismo fue un movimiento semita porque varios árabes, hoy olvidados, participaron en su difusión. Pablo se convierte en el camino a Damasco (hoy capital de Siria) donde va a perseguir cristianos. Concluye la epístola a los romanos con un saludo: “saludad a los de la casa de Aristóbulo, saludad a Herodión mi pariente. Saludad a los de la casa de Narciso, que están en el señor” (Epístola a los Romanos 16, 10-11). Aristóbulo era posiblemente un biznieto de Herodes el Grande, por tanto un árabe idumeo, el nombre de su hijo, Herodión, ratifica esa filiación. ¿Cómo se convirtieron al cristianismo y lo difundieron en Roma antes de que Pablo llegara a esa ciudad? Lo curioso es que esto prueba que no solo judíos eran conversos al principio del cristianismo y que no solo Pablo era el apóstol de los gentiles. Algunos árabes lo precedieron entre los romanos. El propio nombre original de Pablo, Saulo, es árabe. Josefo menciona a un príncipe herodiano con ese nombre, hermano de Costobaro y que sirvió bajo Antipas. De hecho, un Antipas es mencionado en el Apocalipsis como “mi testigo, mi fiel” por el propio Jesús. Algunos lo han identificado con un obispo de Pérgamo de ese nombre, pero no es seguro, lo que es seguro es que se trata de un nombre árabe y una prueba más de la participación de árabes en el inicio del cristianismo. Cuando el cristianismo se hizo religión oficial del Imperio romano dejó de ser semita para convertirse en europeo. El otro movimiento semita de la época fue el judaísmo. Destruida Jerusalén por los romanos hacia el año 71 y dispersados los judíos completamente hacia el 135, estos se dirigieron hacia los confines de la Tierra y convirtieron a muchos a su paso. Llegado al siglo XX no quedaban prácticamente en Europa judíos de origen palestino, de los semitas originales. Los judíos del siglo XX eran europeos convertidos, ni por genética ni por idioma, ya que no hablaban una lengua semita, sino una eslava, el yiddish (o los idiomas europeos del país en que habitaban) eran semitas. Retornaron a Palestina y fundaron el estado de Israel en 1948, como dijo Roger Garaudy, en realidad eran europeos que colonizaban una tierra que nunca fue prometida a ellos, pero eso no importa ahora, lo importante es que el término antisemitismo para referirse a un movimiento antijudío no es correcto, el uso lo ha hecho así, pero en rigor semitas también son los árabes que viven en esa zona, más que los judíos que la colonizaron a partir de 1948.


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