Getting Things Done es un método para gestionar tu vida. Muchas personas lo vean como un sistema para controlar su trabajo, pero olvidan que se puede aplicar los principios de la productividad personal a todos los aspectos de la vida. El ejemplo de José Ignacio Azkue enseña muy bien por qué:
Las malas notas de mi hija o el cumpleaños de mi suegra volverán a mi cabeza sin pedir permiso. Simplemente volverán de manera reiterada a captar mi atención cuando probablemente no pueda hacer nada por ello, cuando ni tan siquiera me interese pensar en estos temas. Por ejemplo, estando reunido con un cliente para cerrar una importante venta, hablando con mi socio sobre un nuevo competidor o contestando un correo, aparecerán por mi mente distrayéndome y estresándome porque soy consciente de que tengo que hacer algo al respecto.