El artículo Omega-3 en la Menopausia aparece en consejos
Los Ácidos Grasos Esenciales Omega-3 y Omega-6 no pueden ser sintetizados en el organismo, y tienen que ser aportados a través de la dieta. La recomendación en cuanto a cantidades diarias mínimas a consumir de Omega-3 es de 500 mg, debiéndose mantener una relación entre el aporta de Omega-6 y Omega-3 de 2:1 a 5:1.
Sin embargo, y a pesar de los esfuerzos que se hacen a nivel informativo sobre la bondad del consumo de estos aceites, el consumo medio de Omega-3 entre los españoles no alcanza ni siquiera los mínimos recomendado, e incluso la tendencia es al aumento del consumo de Omega-6 frente al Omega-3. Se llegan a consumir 25 veces más Omega-6 que 3; cuando la proporción equilibrada debería ser como máximo de 5:1.
No obstante, a través de la dieta diaria es difícil alcanzar las proporciones adecuadas entre ambos grupos de ácidos grasos, ya que los Omega-6 suelen estar más presentes en los alimentos de consumo habitual, por lo que, en la mayoría de personas, es necesario complementar la dieta con suplementos alimenticios.
El consumo suficiente de Omega-3 es especialmente importante para la mujer a partir de los 45 años, cuando se hacen aún más notables las diferencias hormonales, genéticas y sociales que tiene con respecto al hombre. En esta etapa, se comienzan a notar, de forma progresiva, los síntomas derivados de la disminución de estrógenos y progesterona. Los ácidos grasos Omega-3 ayudan a la mujer a reducir estos síntomas y a prevenir problemas cardiovasculares que suponen el 35% de los fallecimientos en mujeres, concentrándose el 99% de los casos a partir de los 50 años.
Un correcto aporte diario de aceites ricos en Omega-3, junto a una dieta sana y equilibrada, puede ayudar notablemente a la prevención de enfermedades cardiovasculares en la mujer, y de otras patologías como la artrosis, la osteoporosis o la depresión, además de contribuir a la hidratación y buen estado de la piel.