Las canciones de Bob Dylan siempre han sido importantísimas en mi vida, cuando era un niño no me hacía falta entender la letra de Like a rolling stone para ponerme a cantarla con una escoba en la mano, y me daba igual no saber qué decía Blowin´in the wind porque podía sentir la trascendencia y la importancia de la canción. Con los años, investigando, leyendo y sobre todo escuchándole muchísimo, fui conociendo poco a poco la figura de Dylan y su trascendencia en la historia contemporánea de la música y hoy, con 26 años recién cumplidos, soy un auténtico fanático de todo cuanto ha hecho este honorable señor. Pero hoy no quiero hablar Dylan padre, y es que desde hace tiempo su hijo Jakob se ha convertido en otro músico fundamental para mí. Me gusta especialmente el único disco en solitario que ha publicado hasta la fecha (por cierto, el 6 de abril sale a la venta Women and country, su nuevo trabajo), pero también me encanta todo lo que hizo con Wallflowers, y es que aunque oficialmente no se hayan separado que yo sepa, ya han pasado cinco años desde su último álbum. De entre su discografía, supongo que como la mayoría de vosotros, me quedo con esa pequeña obra de arte que es Bringing Down the Horse, por tener maravillas como esta, One headlight. Impresionante tema, y espectacular la actuación en Alcatraz...