Revista Cine
Cuanto daño ha hecho el cine al propio cine. La regla básica de toda historia, inicio/nudo/desenlace, a veces no te permite disfrutar de aquellas películas que simplemente describen o muestran sensaciones.Only lovers left alive, es decir, Solo los amantes sobreviven en su traducción al castellano, es la nueva película de Jim Jarmusch, uno de los directores independientes más interesantes del panorama americano.
Jim nos presenta su visión vampirizada de Adam y Eve, dos seres creados bajo los cánones de la sabiduría y lo eterno. Unos personajes que sobreviven a todos los acontecimientos de la humanidad y que siguen amando la vida, la cultura y el amor por encima de todo. Pero Adam se encuentra perdido entre la humanidad, los valores que contemplaba como perfectos están cayendo. De ahí que el director haya escogido la ciudad de Detroit como marco de la historia. Una ciudad fantasma que en su momento fue la meca de la industria automovilística y en la que ahora Adam y Eve sólo ven zombies, humanos que están infectando todo lo que tocan. Adam, perdido y desanimado recuerda con melancolía el por qué sigue existiendo y la música, lo único que le hace seguir vivo, junto a la sangre, es su vía de escape. Una música apreciada por muchos pero que él la quiere alejar de todo detalle productivo y lucrativo.
Por otro lado Eve, una mujer amante de la lectura y que sigue viviendo la vida como si se la bebiese. Resguardada en el mágico Tanger, unida a Marlowe, su querido amigo, teme por el rumbo de la vida de su adorado marido y quiere volver a inyectarle esa dosis de emoción que necesita. Sin pensarlo dos veces se reúne con él para entender el por qué de su tristeza. Pero un cambio en sus vidas vendrá motivado por la visita de su alocada hermana Ava y tendrán que volver a potenciar esa unión de amantes por encima de todo.
Una película que debe ser vista con todos los sentidos puestos sobre ella. Se debe degustar el sabor de la sangre que mantiene con tanta vida a sus protagonistas, agudizar bien el oído para reconocer que Jim siempre crea verdaderas joyas sonoras con la elección de la música. El tacto que te trasmiten Adam y Eve cuando tocan los instrumentos, casi como si los pudieses tocar tú, y ese olor que desprende el amor. Dos personas que siglos tras siglos siguen pendientes la una de la otra, es una cocción de amor, lenta y pausada. Que no todos somos capaces de mantener con vida.
Sin duda alguna esta película está creada sobre un poso fuerte de tristeza, melancolía y amor. Con tintes de humor y pequeños detalles que te hacen estar pendiente de cada fotograma. No desvelaré esos pequeños guiños a las artes, pero sólo diré que hay que estar atento todo el momento y no dejarse llevar por la calma y la lentitud de la obra. A veces hay que tener pacienca para descubrir las cosas más bonitas del mundo. Incluso los vampiros nos tienen que dar lecciones de vida y de amor.
Como no, la elección de los actores es un claro punto ganador. Las interpretaciones de Tilda Swinton, Tom Hiddleston, Mía Wasikowska, Anton Yelchin y John Hurt son excelentes, perfectamente creadas y trabajadas. Creibles hasta el punto de que la idea de ser vampiros es un detalle más, sin necesidad de caer en la facilidad de las historias de vampiros actuales, pomposas y poco creíbles. Pero si hay un claro ganador en esta película para mi, es la dirección de arte y la fotografía. Todo el escenario creado a partir de Adam y Eve, cada uno en su mundo sin embargo tan pendientes el uno del otro. Esos escenarios, casi submundos en los que uno se pierde y sabe que no quiere volver a encontrase con la realidad. Jim ha utilizado el guiño vampírico y romántico para traernos a la luz esas sombras que no queremos que sean reales. La falta de amor y el poco cuidado a la cultura a favor de la actitud zombie al vivir, pasar por la vida sin vivirla.