Santuario Seimei (Kyoto) - Flickr foto credit: Nekonomania
Con el paso del tiempo, estos hechiceros llegaron servir a la corte imperial haciendo predicciones, elaborando calendarios o realizando sus prácticas mágicas para intervenir en los problemas. Durante aquellos tiempos, en todo el mundo las cosas "esotéricas" o "Mágicas" tenían su reconocimiento y valoración, es decir, la gente creía mucho más en este tipo de prácticas, y en japón era exactamente lo mismo. La palabra de estos hechiceros Onmyōji era muy bien escuchada, por ser grandes conocedores de la astronomía, la naturaleza y las religiones. Tenían una gran reputación.Abe no Seimei en una asamblea con espíritus protectores - vía Wikimedia Commons
Uno de los Onmyōji más importantes y conocidos es Abe no Seimei, quien servia al emperador guiándolo y aconsejándolo con su sabiduría. Abe no Seimei también es una importante figura del folclore japonés, debido a la cantidad de leyendas acerca de el, que hablan sobre enfrentamientos espirituales o sucesos mágicos y extravagantes. Hoy en día existe un santuario que el emperador le dedicó tras su muerte. Se llama Seimei Jinja y está en Kyoto. En la entrada, hay una estatua del famoso Onmyōji rodeado de símbolos propios del Onmyōdō.El Onmyōji en la actualidad
Ahora la pregunta del millón: ¿Existen hoy en día los Onmyōji?. La respuesta es si. Hay gente que se dedica a esto y hasta hay algunas escuelas que enseñan el Onmyōdō. Pero aún así, si le preguntas a un japonés si para él existen realmente, las posibles respuestas son: "Como de haber hay, pero ya no es algo común" o "Claro que hay, pero no es normal que alguien acuda a uno de ellos" o bien "No conozco a nadie que haya consultado un problema con uno". Todas estas respuestas tienen algo en común; que el hacer una consulta al Onmyōji no es algo de todos días y que rara vez se ve uno. De que existen no hay duda alguna, supongo que hay mucha gente que cree y que acude a ellos en casos puntuales y muy particulares, pero no es algo que se ve tan seguido en la actualidad.
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Ja nee!