¡Dos albañiles sueltos por la calle! La gente se frota los párpados, hace la ola, abraza a los susodichos, recién descolgados del andamiaje de extorsión y chantaje colectivo. Hombre, Fulanito, tú por aquí, de chapú o algo. Los obreros de la reconstrucción charlan animadamente, conscientes de que son observados por una marea de ociosos del negocio del postureo, y uno de ellos pronuncia la palabra mágica tres o cuatro veces: onomatopeya. La deletrea con gibia. O-no-ma-to-pe-ya y algún gracioso de junto sugiere con crueldad, y cierta maldad carnavalesca, el nombre de Farruquito. No en vano, el personal más osado y desesperado, a partes casi iguales, ha optado por el "o me atropellas en el paso de cebra y me pagan un pastón" o "trinco el cuchillo del bar y me corto un brazo de gitano en vivo y en directo, y a mí plin el sablazo de las pensiones", gran acuerdo suscrito por los vendidos a menos y sus amos y señores.
De prisa, de prisa. Los periodistas, si es que queda alguno libre de pecado, callan acongojados ante la nueva maniobra de Prisa, de Prisa, que ganó el doble que el año pasado y se descuelga, como los albañiles de arriba, con 2.500 despidos la mar de agradables, incluidas prejubilaciones, qué alegría, y los periodistas in-dependientes del carné de manipulador de alimentos y demás fauna pobre y puntillosa se muere de miedo, frío y sed. Calladitos todos. Algunos perderán el chollo, otros la dignidad, y los más listos volverán a reinar entre la basurilla, impartiendo lecciones de libertad de expresión, libertad de qué???
Los pepes parecen de izquierdas, los pesoes emulan a los fachas, los países toman medidas comunistas, el capital se ríe de su sombra chinesca, Obama practica el bienvenido mister chino, glan dictadula del bazal global, aquí tiene usted su casa pa lo que quiela, pague la deuda, pague las culpas, meta mano en la caja, aliba con los delechos humanos.
Como dice Chávez, y la Fundación de Raperos Atípicos de Cádiz, exprópiese.