Revista Cine
Una idea recurrente en el mundo del misterio es la del conocimiento perdido. Todo aquella sabiduría ancestral que fue olvidada por el avance de la civilización o eliminada por intereses religiosos quedó relegada al inconsciente colectivo o recogida milagrosamente en alguna fuente escrita en forma de tesoro oculto. Mucho se habla de evolución de la raza humana, pero también ha habido una gran involución.Y a día de hoy, de vez en cuando se abre un resquicio que deja escapar algo de luz sobre estos antiguos saberes, despertando en nosotros ese afán de búsqueda, mirando la realidad con ojos distintos para no dejarnos engañar por las apariencias. Está muy cerca, pero no somos capaces de verlo.Esta película habla de ello, y es una herramienta perfecta para que las nuevas generaciones aprendan a buscar la magia y el saber que una vez conocimos cuando estábamos más en contacto con la naturaleza y menos embobados con la tecnología, que tanto nos facilita las cosas por una parte, pero por otra tanto nos anula.Lástima que el confinamiento por el coronavirus la pillara justo en el momento de su estreno y le restara audiencia. Quién sabe si no es otro giro del destino para mantenernos con los ojos cerrados, aunque espero que tenga más repercusión por otros medios, de ahí mi más sincera recomendación.