A lo largo del último mes estamos asintiendo a una marcada recuperación en el aspecto técnico de la Onza de oro tras la fuerte corrección con la que comenzó el ańo el metal precioso. Factores fundamentales han ayudado a ello, como el repunte de la aversión al riesgo generado por tensiones geopolíticas en Oriente Medio y el repunte de la inflación a nivel global.
A corto plazo, vemos que el oro se acerca de nuevo al máximo histórico en términos nominales en los $1.431,28 que alcanzó el mes de diciembre pasado. Por el momento, se mueve lateral por encima del nivel de los $1.400. Hay que vigilar la posible superación de las resistencias de los $1.418,40 y de los $1.424,05.
Por debajo, el nivel clave a vigilar estaría en la zona de soporte de los $1.350 por donde pasa la directriz alcista de medio plazo.
Sin embargo, al analizar los osciladores vemos que tanto el estocástico como el índice de fuerza relativa se están acercando de nuevo a niveles de sobrecompra. Esto nos hace pensar en una corrección técnica a corto plazo antes de que se dirija a probar las resistencias mencionadas.
El oro ha sido la apuesta favorita de muchos gestores de carteras para cubrirse del riesgo de inflación a nivel global en los últimos ańos. Lo fue más desde que la Reserva Federal puso en marcha la segunda ronda de medidas cuantitativas. Los Bancos Centrales de los países emergentes siguen teniendo incentivo a comprar oro por el temor a una pérdida de valor de las divisas de reserva de patrón fiduciario como el Dólar y el Euro.
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