A la izquierda tienen mi piel al natural y a la derecha, sólo con la base iluminadora. Independientemente de la luz, que pese a que me hice las fotos en el mismo sitio y con minutos de diferencia, en invierno siempre hace de las suyas, creo que se aprecia cómo la piel en la segunda imagen está más rosada y menos cetrina, y esto en mi caso resulta muy favorecedor al tender yo a ese subtono algo apagadito en ocasiones.
Si además añado polvos, los posibles brillos desaparecen y la piel se ve mucho más homogénea pero muy luminosa...
Finalmente, ya con el trabajo de ojos, labial y colorete, este es el resultado final...
Voy a contarles un poquito sobre el maquillaje de ojos. Como les decía ayer, fue ver la sombra blanca y acordarme de la Uzi: preciosa, pero con terribles consecuencias en su uso. Me lancé a ver cómo se portaba ésta.
Ya ven que le dí el máximo protagonismo aplicándola en el párpado móvil. El rosado apenas está en el último tercio del párpado para facilitar la transición hacia el pliegue, marcado suavemente con el tono ciruela.
El gris lo reservé para marcar a ras de pestañas inferiores, no lo considero un tono primaveral pero sí que encaja con el resto de los tonos del quad, les aporta elegancia en un tono oscuro para marcar donde veamos necesario.
El resto del look se compone de delineado a ras de pestañas superiores, tono beige en la waterline y máscara de pestañas.
En los labios decidí usar una mezcla del labial y el gloss, para enseñarles que por separado son bonitos, pero juntos tienen también mucho que ofrecer. Pese a que no suelo buscar acabados voluminizadores porque mis labios no son precisamente discretos, la verdad es que se nota el efecto.
¡Y eso es todo!
Sin duda, un look que pienso repetir más de una vez esta primavera/verano porque es muy favorecedor...
¿Qué opinan ustedes? BESOS!!
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