Tropezó en la piedra, poco importa ahora si era la misma u otra. Fue a dar con la cabeza contra la pared, también de piedra natural, que a los efectos de esta narración tampoco importa, pero ahí queda el dato, por si en otro momento se pudiera aprovechar. Se quedó aturdido y en su pensamiento visualizó un mensaje.
Error 25011957 Memoria gravemente dañada. Elija entre estas tres opciones:
1- Intentar recuperar la memoria. (Esta opción probablemente dejará lagunas en su memoria.) Recomendada para los que tienen mucho que olvidar, aunque no se garantiza que se olvide lo que uno quiere.
2- Restaurar valores predeterminados. (Esta opción le permitirá volver a empezar con la memoria en blanco, solamente se recuperarán los valores genéticos.) Recomendada para espíritus aventureros.
3- Dejar las cosas como están. (Esta opción le dejará tonto de baba.) Recomendada para los buscadores frenéticos de la felicidad.
No sabemos si por espíritu aventurero o porque intuía que era mejor olvidar quien había sido hasta ese momento, eligió la opción 2.
Inmediatamente empezó a vivir en cámara rápida. Se vio celebrando cumpleaños, pasando enfermedades infantiles, estudiando, en su primer trabajo, se casó, tuvo hijos, cambió de trabajo, compró una hipoteca eterna, un coche efímero y dos televisores tontos, perdón por la redundancia, se peleó con su mejor amigo, y todo eso a velocidad de vértigo.
Un día despertó y se encontró en la cama de un hospital. Miró a su alrededor y vio a una mujer sentada a su lado y dormida. La llamó:
- Soledad, Soledad. ¿Qué pasa? ¿Por qué estoy aquí?
Soledad se despertó sobresaltada y llamó a la enfermera. Enseguida se llenó la habitación de gente con bata blanca. Le llenaron de aparatos, le pincharon y extrajeron líquidos de todas las partes de su cuerpo y con la misma velocidad que llegaron se fueron.
- ¿Qué pasa Soledad? ¿Qué es todo este lío?
- Tropezaste y te diste un golpe en la cabeza. Has estado en coma dos años. No sabíamos si despertarías.
Una vez todas las pruebas hechas, le dieron el alta y regresó a su casa. Todo volvió a la normalidad. Recuperó su trabajo, siguió con la hipoteca (era eterna ¿recuerdan). Y en definitiva, siguió con su vida adelante, sin ninguna secuela.
Solamente había una cosa que le producía un pequeño reconcome. Solía tener un sueño recurrente. Se veía viajando por el mundo y escribiendo libros sobre esos viajes. Libros que eran muy bien acogidos por público y crítica. Disfrutaba de esos viajes y también del tiempo que dedicaba a contarlos. Los sueños eran tan reales que le parecía vivirlos. Luego, despertaba y durante unos minutos, cada vez más, no sabía quien era ni que hacía allí.