Para las mujeres asumir el rol de miembros activos en la sociedad laboral es un reto constante: los hombres (al menos en las sociedades con influencias latinoamericanas) son criados desde pequeños para convertirse en el sustento de su casa y para proveer a su familia todos los recursos necesarios para su desarrollo.
La mujer y las opciones más convenientes de empleo
Sin embargo, durante muchos siglos el empleo para mujeres fue quedarse en casa fungiendo como administradoras de los bienes proporcionados por el marido, como criadoras de los hijos y gerentes y ejecutivas hogareñas, así que no es de sorprender que aún en la actualidad haya muchas personas que asuman que, cuando la mujer llega a ciertas etapas de su vida, su estatus laboral debe cambiar.
Esto, por supuesto, no está escrito en ninguna parte, y gracias a la apertura del mercado laboral para las mujeres, en la actualidad pueden darse el lujo de elegir la modalidad de empleo que mejor se acomode a su estilo de vida o que mejor se adapte para ayudarles a lograr sus metas a corto, mediano o largo plazo, olvidándose así de las convenciones sociales y optando por lo que más les satisfaga a nivel profesional y personal.
La mujer en la soltería
Por lo regular en esta etapa la mujer está más dispuesta a experimentar con sus opciones, debido a que aún no ha adquirido las obligaciones económicas que representa la compra de algún bien de precio considerable (por ejemplo, una casa). Es por eso que en esta etapa es común que las mujeres se sientan en libertad de cambiar de trabajo si es que alguno no les gusta, o que si les encanta el que tienen que estén más dispuestas a dedicarle más horas de las que una mujer casada o con hijos podría invertir. Es probable que los viajes tampoco sean un problema si forman parte de las exigencias laborales, y hay incluso las que tienen a la vez dos trabajos (quizás por tener mayores expectativas salariales, quizás simplemente por el puro gusto de hacer dos cosas que les gusta al mismo tiempo), pero cuando se es joven y se tiene tanta energía, se pueden intentar muchas cosas a la vez.
Las opciones más comunes de empleo en esta etapa de la vida son las de asalariada a tiempo completo, ya que se ofrece un ingreso seguro y constante, que puede servir para que la persona se capitalice, ahorre y haga planes a futuro; o bien empresaria si se tiene el deseo de intentarlo y si se cuenta con la posibilidad de conseguir los medios necesarios: las personas jóvenes por lo general se apasionan en sus proyectos y pueden obtener resultados maravillosos con los impulsos adecuados.
La mujer casada
Seguir trabajando al mismo ritmo con el que se trabajaba cuando se estaba soltera puede resultar un reto en las sociedades latinoamericanas, puesto que lamentablemente aún se espera que, aunque la mujer tenga un empleo de tiempo completo, la mayor parte de las actividades del hogar recaigan sobre ella. Es tan solo lógico por lo tanto que, si uno sabe que, aunque trabaja 8 horas en un lugar, todavía llegará a otro sitio a trabajar en labores diferentes, administre su energía de manera diferente.
En esta etapa de la vida las opciones más comunes de empleo son el trabajo asalariado de tiempo completo, la vida empresarial y el trabajo tipo freelance, ya que aún se encuentran dispuestas a dedicarle una cantidad considerable de tiempo al trabajo y lo más común es que se tengan más obligaciones económicas que en la etapa de la soltería que, si bien son compartidas con una pareja, también comienzan a conformar un estilo de vida constante.
La mujer con hijos
No hace falta enumerar la cantidad de actividades y de responsabilidades de las que una madre trabajadora debe hacerse cargo. Probablemente para personas con tantas exigencias la opción más recomendable de trabajo sería la opción freelance, porque le permitiría tener mayor libertad de decisión sobre su horario y su carga de trabajo, pero la verdad de las cosas es que aún con las obligaciones del hogar y de la familia hay muchas mujeres que saben manejar muy bien su trabajo de tiempo completo.
Otra opción es la de recortar el tiempo dedicado al trabajo. Muchas mujeres optan por reducir sus jornadas de 8 a 4 horas, o bien llegan a acuerdos en sus trabajos en los que pueden trabajar algunos días y otros descansar, hasta llegar al número de horas equivalente a un trabajo de medio tiempo.
La verdad es que en la actualidad muchas empresas están implementando programas para intentar facilitarle la vida a las madres trabajadoras, incluyendo espacios de guardería dentro de los mismos recintos laborales, o implementando políticas que les da más libertad de acción, como lo que hacen las empresas que se hacen acreedoras a los premios del tipo “Best Place for Working Moms”.
Fotografía por cortesía de stockimages/ freedigitalphotos.net
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