Una cosa que me gusta del Wagner cantado en francés es que puedo entender algunas frases, cosa que en alemán es prácticamente imposible, como mucho puedo entender alguna palabra suelta, pero hay una cosa que debo reconocer: que el francés le resta mucha fuerza a pasajes como el que hoy traigo al blog. Además, que me cueste entender el alemán es culpa mía y no de Wagner.
El holandés errante (Die fliegende Holländer) se estrenó en Dresde en 1943, de esta ópera escucharemos el llamado Monólogo del Holandés "Die Frist ist um", en este caso "L'heure a sonné". Es la primera intervención del protagonista, hemos visto como su barco -con mástiles negros y velas de color sangre- llega al puerto, la tripulación arría las velas y el Holandés desciende del barco:
"El plazo ha vencido, otra vez transcurrieron siete años. Lleno de hastío me devuelve el mar a tierra... ¡Ah, orgulloso océano! ¡En breve plazo tendrás que soportarme de nuevo! Tu oposición es pasajera... pero mi tormento es eterno.
La salvación que busco en tierra, ¡jamás la encontraré! ¡A vosotras, corrientes de todos los mares, os seré fiel hasta que se rompa vuestra última ola y se sequen vuestras últimas aguas!
Cuán a menudo me precipité anhelante en los más profundos abismos del mar: ¡mas, ay, jamás hallé la muerte! Lancé mi navío contra las escolleras, allí donde yace el espantoso cementerio de barcos: ¡mas, ay, mi tumba no se cerró sobre mí! Provoqué con burlas al pirata, y esperé morir en el brutal combate: "¡Aquí!", gritaba yo "¡muestra aquí tu fama!. ¡Barco y botes están llenos de tesoros!" Mas, ¡ay!, el bárbaro hijo del mar se santiguó y huyó lejos aterrorizado. Cuán a menudo me precipité anheloso en los más profundos abismos del mar. Lancé mi navío contra las escolleras, allí donde yace el espantoso cementerio de barcos: ¡en ninguna parte una tumba!¡Jamás la muerte! Ésta es la terrible sentencia de mi condena.
A ti te pregunto, bendito ángel de Dios, que pusiste las condiciones de mi salvación: ¿fui, desdichado, juguete de tus burlas, cuando me anunciabas la redención? ¡Inútil esperanza! ¡Vana y terrible ilusión! ¡No existe en la tierra la fidelidad eterna! Sólo me queda una esperanza, sólo una, pero siempre inalcanzable: mientras la vida aliente en la tierra, jamás se cumplirá. ¡Día del juicio! ¡Día primero y nuevo! ¿Cuándo romperás en medio de mi noche? ¿Cuándo sonará el golpe exterminador, con el que saltará en pedazos el mundo? Cuando todos los muertos resuciten, entonces me sumiré en la nada.¡Oh, mundos, cesad vuestro curso! ¡Eterna aniquilación, hazme tuyo!"
La traducción pertenece a la página web de Kareol
El intérprete de este fragmento era Arthur Endrèze (1893-1975). Lo primero que sorprende de este barítono es su verdadero nombre, Arthur Kraekmann, y su origen americano, puesto que nació en Chicago. Endrèze era el apellido de soltera de su madre.
Arthur Endrèze, que como tantos otros cantantes, había destacado en los coros de su iglesia, fue enviado al Conservatorio americano de Fontainebleau, allí estudió desde 1918 hasta 1921. El célebre tenor polaco Jean de Reszke lo acogió bajo su tutela en Niza desde 1922 hasta 1925. Este mismo año debutó como Escamillo, comenzando su carrera en teatros del sur de Francia (Niza, Cannes y Deauville). En 1928 debutó en la Salle Favart de Paris, un año después lo haría en la L'Opéra, donde se convirtió en el primer barítono de la compañía hasta su retirada en 1940.
La etapa final de su vida, una vez hubo muerto su esposa, supuso una vuelta a sus orígenes, Chicago, donde falleció en 1975.