Revista Cultura y Ocio

Operación Cobra

Por Joaquintoledo

operacion-cobraSi bien Hitler pensó que el desembarco aliado sería en Calais, una vez más el Führer se equivocó en sus predicciones y las fuerzas aliadas llegaron a través de Normandía. El muro del Atlántico fue fácilmente sobrepasado luego de que millares de toneladas de bombas cayeran sobre las costas y las defensas alemanas. Los aliados irrumpieron e hicieron caer aquel muro que Hitler creía era inexpugnable. Lo que es más, tardó varios días en reaccionar y destinar el grueso de sus fuerzas hacia dicha dirección mientras los aliados en unos cuantos días desembarcaron una cifra que llegaba a los seis ceros.

No cabía duda, la invasión aliada había llegado y los días del III Reich estaban contados. Ahora bien Rommel envío pronto sus mejores divisiones al frente y los aliados tuvieron sus primeros duros enfrentamientos, como en Caén, que tardó muchos días en caer y donde los alemanes demostraron no estar derrotados del todo. Por otra parte,  el paraje natural del norte de Francia daba como resultado un territorio ideal para frustrar el avance aliado, lo cual fue muy aprovechado por las tropas germanas, hecho conocido como la batalla de los setos. Estos esperaban que los aliados fuesen arrinconados contra las playas para luego expulsarlos.

Sin embargo Caén cayó, en seguida parecía que todas las tropas alemanas en la línea de defensa del norte de Francia, correrían el mismo destino. Lamentablemente, algunos generales como Bradley o Eisenhower no compartían el optimismo de Mongotmery,  por ejemplo, y es así cómo nace un plan llamado Operación Cobra, que buscaba hundir de una vez por todas las líneas alemanas y liberar a los aliados que ya sentían la presión de tener a las playas a sus espaldas. El plan era muy sencillo: el Ejército I Canadiense se abriría paso desde el norte hacia el este, junto con fuerzas inglesas hasta el Sena, mientras que el Ejército 3 Americano de Patton, iría al sur y luego viraría hacia el oeste para así ocupar Bretaña y otro grupo hacia el este para empujar a los alemanes hacia el Sena por el sur. Formulada  y propuesta el 12 de julio por Bradley en una reunión, de resultar exitosa, las defensas alemanas serían desbaratadas  y el avance aliado se aceleraría.

A esto le precedería un potente bombardeo sobre las líneas nazis, de preferencia las más cercanas al frente. Al debilitarlas las fuerzas acorazadas entrarían a continuación para abrir una brecha y así entrar en el combate definitivo. El 24 de julio se dio la primera orden pero la operación fue suspendida, a pesar de todo,  la misma no llegó a tiempo a todas las unidades y muchos aviones se habían lanzado ya al cielo, bombardeando por error las propias líneas estadounidenses, matando 150 soldados. Atacaron tal cual el plan, con bombas napalm más pequeñas para no dejar cráteres que dificulten el avance de los blindados, mientras los alemanes, ya advertidos, estaban preparando un intenso fuego artillero.


El comienzo definitivo de la operación

Al día siguiente (25 de julio), mientras mejoraba el clima, se dio el inicio a la operación de una vez por todas. 1500 B17 y B24 junto con otros 380 bombarderos medianos y otros 550 cazabombarderos arrojaron 4150 toneladas de bombas, muchas de ellas cayeron otra vez al norte de la carretera y bombardearon a más soldados estadounidenses, esta vez fueron 111 muertos y 490 heridos. Luego del primer golpe las fuerzas en tierra decidieron avanzar, pero los alemanes no afectados por el fuego salieron de sus escondites produciendo un combate y el evidente retraso de las operaciones aliadas. Al tercer día de ataque unos mal preparados y desabastecidos alemanes empezaron a debilitarse alrededor de Cotentin, los aliados, faltos de información de la precariedad de sus enemigos no avanzaron como realmente desearon. Se ocupó Marigny y Saint Gilles y tres columnas giraron al oeste dirigiéndose a Coutance.

Poco a poco en todos los puntos los alemanes eran envueltos en rápidas maniobras, acabando con el mito de las batallas de los setos. El flanco izquierdo alemán, debería ser exterminado para luego continuar con toda la zona sur oriental de Francia hacia Bretaña, por ende los aliados cayeron sobre Avrances, por más que estuviese fuera de los límites de la operación, Bradley no quería que los alemanes se reorganicen en ningún punto del sur del país. A su vez, desde Normandía a París había una dirección desde el norte al este, por ende el flanco oeste de las tropas no podía quedar descuidado, era indispensable arremeter contra los alemanes en dicha posición. Patton se encargaría después de despejar toda la parte suroeste.

Entre el 27 al 29 de julio los aliados avanzaron hacia Lessay y Periers, mientras los alemanes escapaban como podían de las bolsas, los aliados por su parte los torturaban con su aviación. Entre el alto mando alemán ya cundía el pánico, el general Hausser dio la orden de que todas las unidades alemanes marcharan hacia el este, de modo que se detuviese a los aliados como fuere en su marcha a París, y así a todo el frente occidental, pero Kluge, cuyas unidades estaban “invitadas” a este movimiento, se opusieron pues con eso quedaba abandonado gran parte del sector costero  y el flanco izquierdo alemán, eso quería decir que los aliados podían apoderarse de casi toda la costa Normanda en la parte oriental del país y dividir a las tropas que restaban. Kluge se negó a acatar dicha orden y ordenó replegarse luego de destruir algunos de cañones, sus hombres retrocedieron hasta Avranches donde el avance de los aliados era inminente. Y en realidad fue tan rápido que los alemanes no tuvieron tiempo de destruir algunos puentes sobre el río See y Selune. Si bien se produjo un forcejeo entre las fuerzas de Kluge y la de los aliados, para el 31 de julio los americanos ya habían ocupado Avranches.

Si bien la Operación Cobra era sencilla, pues se trataba de un contragolpe que saque a las playas de las espaldas de los aliados, los generales de Hitler informaron que el avance de la coalición era indetenible  y fue aquí cuando se vio el potencial bélico de estos, muy superior al alemán ya, especialmente en cuanto a aviación. La estrategia de resistir de Hitler había fallado por completo. Kluge creía que la batalla decisiva se daría en el llano de Falaise  y no estaba tan desacertado. Mientras tanto Hitler había sufrido un atentado y estaba decidido a retirar todas sus fuerzas de Francia, Kluge sólo ocuparía un cargo meramente nominal, quedaba casi desautorizado.

Los aliados penetraban ya para agosto las líneas alemanes en el oeste y se preparaban para hacer lo mismo en el este, empujando a los alemanes hacia el Sena. El Führer quién había asumido el mando personalmente en este frente recapacitó las cosas  y antes de quitar todas sus fuerzas de Francia creyó necesario reconstruir sólidas posiciones en Alemania, para ello necesitaría mucho tiempo, al menos seis semanas. Ordenó a Kluge, que Avranches, en el flanco izquierdo alemán, sea recuperada. Para ello ya estaban marchando tropas alemanas del sur de Francia, Calais y de Alemania.

El 6 de agosto deberían atacar en dirección oeste a través de Mortain, sin artillería, pues los alemanes no podían darse el lujo de esperar. Los americanos mientras tanto se preparaban para un ataque soberbio en Falaise, que dejarìa aisladas gran parte de las tropas alemanas, mientras otro importante grupo avanzaba hacia el este, hacia el Sena, por lo cual las fuerzas germanas en estos sectores irían retrocediendo poco a poco dejando a los de Falais aislados.

Hitler tenía sus propios planes y cuatro divisiones Panzer se lanzan a reconquistar Avranches y estando a escasos kilómetros, son detenidos por los aliados, debido al fuego artillero de estos. Los aliados pronto se dieron cuenta que los nazis intentaban dividir los Ejército 1 y 3; sin embargo,  así como los teutones resistían en Normandía, los aliados tampoco se desprendieron de sus posiciones. La caída de todo el frente era inevitable, se intentó traer dos divisiones desde el sur de Caén pero los aliados lo evitaron arrojando todo su poder de fuego sobre ellas, por lo cual se vieron obligadas a quedarse en sus posiciones luego de no haber avanzado mucho para detener a los canadienses.


La bolsa de Falaise

Pronto los aliados, antes de que los alemanes recobren sus líneas de defensa, establecieron completar el cerco de los nazis al oeste de Argentan y de Falaise. En vez de dirigirse hacia el Sena, el este, los Ejército 1 y 3 americanos podrían virar hacia el norte y envolver a los alemanes desde el sur, mientras los anglocanadienses hacían lo mismo desde el norte, cerrando así una bolsa alrededor de Falaise exterminando las fuerzas que en su interior se encontrasen.

Hitler, para el 11 de agosto, insistía en que se retome Avranches. Entonces, sería  el general Eberbach, quien se opondría a realizar tal operación al menos hasta el día 20. Pero eso ya no tenía sentido, Avranches, a raíz del inminente ataque del cual se habían percatado los germanos, es decir la bolsa de Falaise. El Ejército 7 Alemán de Hausser retrocedió y abandonó sus intenciones de tomar Avranches, al sur estaba Eberbach, ya ambos en la bolsa, buscando detener al Ejército XV que venía desde el sur, desde Lemans a completar el cerco, pues desde el norte y el oeste los alemanes ya estaban encerrados. Eberbach se dio cuenta que tenía que detener a los aliados en Argentan ciudad desde donde se podría completar el cerco, ya que los alemanes sólo tenían escape por el este, los planes cambiaron de ofensivos a defensivos, mientras los alemanes eran aterrorizados desde el cielo y algunas unidades existían solo de nombre ya. Los días pasaban y en palabras de Eberbach, la situación era “pavorosamente seria”, empezaban a escasear los suministros y los más sensatos sugerían abandonar la posición para marchar al este antes de que se complete el cerco, condenando a la destrucción a la 5 División Panzer, al Ejército 7 y al Grupo Panzer de Eberbach.

Poco después se terminó de cerrar la bolsa casi por completo, y sobre los alemanes llovió plomo por todas partes. De pronto su moral se derrumbó y entre los generales al mando cundió el pánico, ya no había posibilidades de escape, una vez más las órdenes de Hitler de resistir estaban desconectadas con la realidad. A propósito Kluge desapareció sin dejar rastro lo cual hacía suponer que se rendiría…luego de un par de horas apareció de la nada con su auto averiado y su radio destruida…Falaise mientras tanto era una ciudad en ruinas, los alemanes por su parte buscaban una brecha hacia el este para huir como sea…y así fue que una parte de ellos consiguieron escapar, siempre claro mientras les llovían obuses; las ciudades a su alrededor estaban ya destruidas y un ejército desmoralizado huía a refugiarse hacia el frente del Sena como sea posible. Model fue enviado al frente por Hitler para asumir las operaciones para reemplazar a Kluge mientras Hausser intentaba sacar lo más posible de sus tropas del cerco. Si bien para el 18 la bolsa se había cerrado en un 99%, unidades alemanas aún conseguían pasar por un pequeño paso en los alrededores de Chambois. Para el día siguiente la bolsa encerraba a dos mandos de Ejército, cuatro mandos de Cuerpo de Ejército y los restos de 10 divisiones.

Ese mismo día Kluge se suicidó tanto por el fracaso como porque fue citado a Berlín, al parecer estaba envuelto como cómplice en la Operación Valkiria. Los alemanes que escaparon de la bolsa fueron entre 20 mil a 40 mil no se sabe con certeza, pero armas, artillería y otros vehículos se perdieron con facilidad, para el 21 ya no había escape, los aliados hicieron prisioneros a casi 50 mil nazis y 10 mil murieron en el asedio de aquel terreno (el de la bolsa) totalmente despedazado, asemejando al terreno lunar…ahora los aliados avanzaban hacia el Sena y buscaban repetir el éxito de sus maniobras; París estaba al alcance de la mano.

Escrito porJoaquín Toledo, especialista en historia del mundo, historia antigua y  con amplia experiencia en investigaciones sobre conflictos bélicos.


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