Revista En Masculino
Cualquier obra faraónica que se precie necesita mano de obra barata, que ayude a llevar adelante el proyecto sin incrementar los costes, y como la esclavitud está mal vista hemos tirado de cangreamigo.
Lo malo de este tipo de mano de obra sin un capataz que tenga la mano dura y los haga trabajar, es que al poco tiempo la concentración en el proyecto se pierde y la atención se dispersa. Y acaban intentando encerrar al capataz y al jefe de proyecto dentro del gallinero, jugando a fútbol o cogiendo naranjas, en fin de todo menos a los que se supone que venían.
Por cierto, si esta semana no sabéis nada más de nosotros, no os preocupéis, es que son fiestas en Castellón y tengo que hacer como que salgo de fiesta y no tengo tiempo de actualizar el blog.