Revista Sociedad

Operación Palace

Publicado el 24 febrero 2014 por Shirlero @shirlero
Banner de la entrada Operacion PalaceAyer Domingo 23 de Febrero puede decirse que fue un buen día para la Sexta, Jordi Évole congrego a algo más de cinco millones de telespectadores con su falso documental Operación Palace, casi un cuarto del share de pantalla al parecer, quedándose cerca de los cuatro millones para el posterior Noche 23F: el debate, cerca de un 19% de share, dejando un poco en segundo plano el estreno de Viajando con Chester, dos millones de espectadores con algo menos del 10% de share, aunque cabe pensar que tal vez esta cifra fue muy lastrada por el éxito de la Sexta ya que se había respaldado sólidamente el estreno del programa en Cuatro. Aun así hoy lo que interesa es hablar del programa de Évole y las reacciones que dejó.

El verdadero hito


A estas alturas me resulta verdaderamente triste es tener que reconocer que en cierto sentido sea una apuesta valiente por parte de la Sexta entrar en un tema como el 23F en España de esta forma, en general todo lo que sea hablar de la historia no tan lejana de España parece un tema que siempre termina diluyéndose entre el apuro y los velos que tiene echados ya que el pasado solo se nombra para hablar de herencias recibidas y no por parte de todo el mundo, porque los documentales sobre conspiraciones con alta dosis de creatividad son algo que está muy de vuelta de todo hoy día ya.
Así que vista la jugada y reconocida al final por si alguien aun se lo creía han conseguido un buen golpe de efecto de cara a la audiencia, que a fin de cuentas siempre en torno a lo que gira todo, que respaldado en el aún existente secreto de sumario que concierne a ese día en España simplemente tuvo que confabularse con unos pocos para conseguir engañar a muchos, que puede ser cómo funciona el mundo en realidad, dejando como última pincelada un mensaje que invita a especular que igual que lo han hecho ellos podría haberse hecho antes aunque ellos al menos han tenido la capacidad de reconocerlo con lo que todo puede quedarse en tirar una piedra y esconder la mano para minimizar daños.

Que hablan bien o mal pero que hablen


Esta coletilla viene a ser una máxima del programa de Jordi Évole y lo de ayer puede ser considerado una fecha apuntada en su lista de grandes momentos de un formato que a mi personalmente no me termina de resultar simpático y a ver no porque no me ría cuando lo veo pero siempre me queda la sombra de que hay quien para mal o para bien se lo toma en serio lo cual es mejor para las cuotas que para la propia audiencia con lo que estamos otra vez en esa espiral viciosa de la generación de contenidos y la ética del periodismo.
Hay románticos que les gusta ver el periodismo como una profesión bonita e idílica donde lo primero es la verdad, los hechos y los datos por más que la realidad se empeñe en rebatir esto un día sí y otro también. Jordi Évole se puede considerar un profesional incómodo dentro del periodismo desde muchos puntos de vista, es incómodo para la diana de turno y es incomodo para los últimos románticos por sus formas más cercanas al populismo que a otra cosa y esto no termina de ser un problema suyo, simplemente aprovecha y vive de lo que la gente quiere ver y oír en una cultura donde prima la frase al contexto, pero tampoco puedes decir nada cuando una gran mayoría hace carrera así y una gran mayoría quiere esto.

Al final todo se olvida


Parece que temiendo un poco algunas reacciones después del programa desde la cadena se están esforzando por cubrirse las espaldas apelando al carácter reivindicativo de la retransmisión, que se puede considerar que lo tiene, aunque de todas formas todo será olvidado tras unos días y alguna que otra portada como siempre suele ocurrir con lo que al final todo puede quedar en una victoria de audiencia, que es lo que realmente importa por mucho que digan. El popular falso periodismo dando un tirón de orejas al periodismo y al resto de poderes, no se puede negar lo gracioso y triste de la situación, el gran timo del siglo de esta semana.

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