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Operación pañal ¡Sin estrés por favor!

Publicado el 13 abril 2021 por Mamalarepera

Las familias que tenemos niños pequeños, sabemos que tarde o temprano llegará el momento donde tendremos que tomar la decisión de empezar con la operación pañal. La pregunta es ¿Cuándo debemos hacerlo? ¿Hay una edad límite para completar este proceso? ¿Por qué mi hijo es el único de su clase que aún utiliza pañal? ¿Estaré haciendo algo mal?.

Son muchas las dudas y preguntas que se plantean algunas familias a la hora de tomar esta decisión. Nosotros, tuvimos que aplazar durante unos meses la operación pañal porque no estaba funcionando como esperábamos, o mejor dicho, nuestra hija aún no estaba preparada para dejar de utilizar el pañal. Cometimos errores, nos dejamos llevar por los consejos de otras personas, y al final comprendimos que los niños no son un estándar y que cada uno tiene su propio ritmo madurativo. Forzar una situación solo tendrá consecuencias negativas y una enorme frustración tanto para el niño en sí, como en el ámbito familiar.

¿Cuándo es el mejor momento para quitar el pañal?

Tanto los pediatras como las profesoras de los centros educativos, recomiendan comenzar con la operación pañal tras cumplir los 2 años. Se entiende que la mayoría de los niños pueden controlar la caca y el pipí diurno entorno a esta franja de edad. Si hablamos del pipí nocturno, este puede que lleve algo más de tiempo e incluso se podría retrasar algún año más.

El problema es que no todos los niños están preparados para controlar su esfínter o tienen la capacidad suficiente para afrontar esta etapa de sus vidas al cumplir los 2 años. Por el contrario, si lo llevas a un centro educativo o guardería notarás que, alguno de sus compañeros o incluso en su entorno infantil, ya comienzan con la operación pañal antes de haber alcanzado los 24 meses. Y en la mayoría de los casos, consiguen su objetivo sin mucha dificultad.

Entonces, ¿Por qué mi hijo de 2 años aún no controla el pipí?

Como os comentaba, esta edad se considera la más apropiada para empezar a retirar el pañal. Pero hay que tener en cuenta que no todos los niños son igual, y que cada uno tiene un proceso madurativo diferente. A veces, nosotros mismos intentamos forzar este proceso porque no queremos que nuestro hijo sea el único que aún lleva pañal, sin tener en cuenta cuáles son sus necesidades y, si realmente está o no preparado para afrontar esta fase en una edad tan temprana.

Si tu hijo de 2 años aún no controla el pipí, ¡no le pasa absolutamente nada! Simplemente, aún no ha llegado su momento y necesita un poco más de tiempo antes de retirar el pañal. De echo, el proceso puede prolongarse de forma natural hasta los 3 años de edad.

En nuestro caso, y siguiendo las pautas que nos indicaron en la guardería, comenzamos con la operación pañal un par de meses antes de que la mayor cumpliese los 2 años. Coincidía que era verano y, teniendo en cuenta que es una de las mejores estaciones del año para retirar el pañal, nos recomendaron no demorarlo para evitar adentrarnos en el otoño cuando ya comienza a hacer más fresquito.

¡Operación pañal sin estrés por favor!

El resultado fue tan negativo y frustrante para nuestra hija que tuvimos que dar un paso hacia atrás y retrasar el proceso durante unos meses más. Al principio, hablamos con ella para explicarle que a partir de ahora cuando tuviese ganas de hacer pipí, nos tendría que avisar para que le quitásemos el pañal e ir a hacer sus necesidades en el orinal.

Este paso fue sencillo, pues cada que sentía la necesidad nos avisaba rápidamente y aunque nunca llegábamos a tiempo, habíamos conseguido que ella misma fuese consciente de cuando iba a orinar. Ahora teníamos que pasar a la fase 2, que era conseguir retener la orina hasta llegar al baño.

Como vimos que no avanzábamos demasiado en esta fase, pedimos consejo a su profesora, y esta, nos recomendó retirar directamente el pañal. Si nuestra hija se hacía pipí encima, sería más consciente por así decirlo e intentaría aguantar las ganas. Y tal cual nos los explicó, lo pusimos en marcha. Pero lamentablemente no funcionó como esperábamos.

Nos dimos cuenta que, en realidad, ella no nos avisaba cuando tenía ganas de hacer sus necesidades, sino que primero las hacía y después nos los comunicaba. Empleamos la técnica de los premios, sí, habéis escuchado bien, como si fuese un cachorrito al que estás educando para hacer pipí en la calle. Cada vez que conseguía orinar o hacer caquita en su orinal, felicitábamos con aplausos y alegría a nuestra hija mientras le dábamos un lacasito u otro premio. Pero tampoco funcionó.

Así que recurrimos a otra técnica. Que fue sentarla en el orinal después de cada comida o cuando ingería líquidos para ver si le venían las ganas de hacer sus necesidades. Pocas veces fueron las que logramos nuestro objetivo. Y el problema empezó a aumentar cuando nos centramos también en las deposiciones.

Como ya le habíamos retirado el pañal, estábamos fregona en mano todo el día. La pobre no llegaba al orinal y se le escapaba por el camino. Y las cacas, le dijimos que estaba muy mal hacerlo en el suelo o esconderlo, pero ella lo interpretó de otra manera, es decir, no entendió que lo que realmente estaba mal era hacerlo fuera del orinal, sino que en su cabecita de dos años, interpretó que el simple hecho de hacer caca estaba muy mal. Y ahora el problema pasó a mayores.

Hay que respetar los tiempos madurativos de nuestros hijos

Nuestra hija dejó de hacer caca. Así tal cual. Entendió que estaba mal y cada vez que le venían las ganas, se ponía la manita y decía «caca no, muy mal» y no había forma de conseguir que hiciese deposiciones. Al final, después 8 días conteniendo las ganas se le hizo un tapón. Las heces se endurecieron, se fueron acumulando y tuvimos que llevarla al médico.

Os podéis imaginar la vergüenza que pasamos en la consulta del pediatra mientras le explicábamos como había sido el desenlace de esta situación. Muy pacientemente, el médico nos dijo que no pasaba nada, que eran errores que se cometían pero que todo tiene solución. Ahora bien, teníamos que enfocar la operación pañal de otro modo alternativo al que actualmente estábamos empleando. Nos recomendó continuar con los premios, estimular a nuestra hija, leerle algún cuento relacionado con esta etapa de su vida, etc.

Pero sinceramente, según salimos de la consulta y por mi parte, comprendí que el problema no era la técnica que estábamos empleando, sino que nuestra hija aún no estaba preparada para dejar el pañal. Cada niño tiene un proceso madurativo diferente y evoluciona a su propio ritmo. Y no se trata de si responde bien a los estímulos, premios, o cualquier otra idea para conseguir el objetivo final, sino que la cuestión, bajo mi punto de vista, es saber identificar cuando nuestros hijos están preparados para afrontar las diferentes etapas de su vida y solo entonces, ponerlas en marcha.

De nada sirve forzar una situación, porque no vamos a conseguir avanzar de manera positiva. Tampoco lograremos alcanzar un objetivo de forma fluida y por el contrario, estaremos presionando para que hagan lo que nosotros queremos cuando nosotros decidamos, y no cuando ellos estén preparados, que es lo principal.

Finalmente, pasados unos meses y antes de cumplir los 3 añitos de edad, fue nuestra hija la que decidió que ya no quería usar más el pañal.

¿Cómo conseguimos llegar a este punto?

Muy sencillo. En primer lugar le explicamos que no pasaba nada por llevar el pañal a su edad. Que aunque algunos compañeros ya no lo utilizaban, no quería decir que todos tuviesen que dejar de ponérselo. Le compré unos cuentos que leíamos por la noche donde le explicaba que llevar pañal no era algo malo, sino que era necesario hasta que nuestro cuerpo estuviese preparado para hacer pipí en un orinal.

Conseguimos que nuestra hija se relajase. Estuviese calmada y pudiésemos tratar el tema con naturalidad. Poco a poco fue ella misma la que nos avisaba cuando tenía ganas de ir al baño, hasta que un buen día decidió que ya no quería llevar el pañal.

Esto sucedió unos meses antes de cumplir los 3 años de edad. Y nada más quitárselo, nunca más se hizo pipí encima. ¿Y cómo puede ser posible? Tan fácil como respetar su ritmo madurativo y dejar que fuese avanzando sin ninguna presión. Sin enfados, ni cabreos, ni gritos, ni frases negativas como «muy mal», etc. Simplemente decidimos acompañarla en este camino, pero de forma respetuosa de cara a sus necesidades evolutivas.

¡La mejor edad para dejar el pañal es cuando vuestro hijo esté preparado!

En este artículo no os voy a recomendar ningún método, técnicas o pautas. Solo os diré que el mejor momento para quitar el pañal es cuando vuestro hijo esté preparado para ello, ni un día antes ni un día después. Indiferentemente de cuando lo hagan los demás infantes. No importa su edad, no se va a quedar atrás, no es el menos listo de su clase ni tampoco le va a afectar el hecho de tener que llevar pañal durante unos meses o incluso algún año más. Y por el contrario, se sentirá más seguro y preparado si ve que sus padres están relajados y tratan el tema de una forma natural y sin presiones.

Espero que nuestra historia pueda ayudar a alguna familia durante este proceso que a veces resulta algo tedioso o complicado. Y recordad ¡Sin estrés por favor!.

Si os a gustado es artículo o tenéis alguna duda, os invito a dejar un comentario al final del post.

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